¿Tilma o ayate de San Juan Diego? Con frecuencia estos dos términos se utilizan como sinónimos, pero no lo son.
La tilma es una prenda de vestir, de la cuales se conocen unos 20 diseños gracias a algunos códices, de acuerdo al antropólogo Antonio Peñafiel.
Las tilmas se distinguen de los ayates porque era mucho mayor en tamaño y servían para distinguir los rangos de quienes las portaban en el México Prehispánico, principalmente por sus dibujos y colores.
Por su parte, el ayate era una prenda de uso agrícola que servía a los campesinos para cosechar los frutos de la tierra, y cuyo largo no excedía un metro.
En códices como el Mendocino, el Florentino de Sahagún y en el Atlas Durán, entre otros, se aprecian estas prendas cuyos materiales de elaboración iban desde las simples fibras de maguey y otras plantas similares, hasta el algodón.
El Dr. Antonio Peñafiel, en su libro Indumentaria Antigua, explica que las tres piezas principales del vestido de los hombres eran la manta o tilmatli, el braguero o maxtlatl y el calzado o cactli.
Según las leyes suntuarias, los plebeyos sólo podían usar sus ropas de pita o filamento de maguey de color blanco, mientras que los nobles podían usar tejidos finos de algodón o piel de conejo.
Como los pueblos sometidos a México Tenochtitlán tenían que pagar tributos, uno de los productos con mayor demanda eran las mantas que ya venían decoradas desde sus lugares de origen.
La imagen de la Virgen de Guadalupe quedó estampada en la tilma de San Juan Diego que llevaba aquel invierno de 1531, para cubrirse de frío. Según se ve en los códices, las tilmas eran atadas sobre el cuello o sobre los hombros.
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