El Cristo del atentado está expuesto todos los días en la Basílica de Guadalupe. Foto: Ricardo Sánchez
En la entrada de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, se encuentra un crucifijo de bronce doblado conocido como el “Cristo del atentado”. Su forma se debe a una explosión ocurrida el 14 de noviembre de 1921, relacionada con un intento de atentado contra la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Ese día, alrededor de las 10:30 de la mañana, un hombre colocó un ramo de flores a los pies del cuadro de la Virgen, que en ese momento se encontraba en la Antigua Basílica de Guadalupe, hoy Templo Expiatorio a Cristo Rey. Dentro del arreglo floral había una bomba que explotó poco después.
La explosión dañó los candeleros, el altar, el mármol del piso y rompió vidrios en viviendas cercanas. Sin embargo, la imagen original de la Virgen de Guadalupe, resguardada a unos cinco metros del lugar, no presentó daños. El crucifijo de bronce se dobló hacia atrás por el impacto y se considera que con ello absorbió parte de la energía de la explosión. Desde entonces, se le conoce como el “Cristo del atentado” y se encuentra expuesto en la entrada de la Nueva Basílica de Guadalupe.
Te recomendamos: ¿Qué se hace con el dinero que se dona a la Basílica de Guadalupe?
En 2021, el físico Adolfo Orozco, del Colegio de Estudios Guadalupanos, publicó un análisis en el Boletín de la Universidad Intercontinental titulado “El atentado al ayate de San Juan Diego y la ciencia”. En este trabajo, examinó los aspectos físicos y matemáticos de la explosión, los daños registrados y las diferencias entre los daños esperados y los observados.
De acuerdo con sus cálculos, la imagen de la Virgen recibió una densidad de energía 900 veces mayor que los vidrios de las casas a 150 metros, los cuales se rompieron. Aun así, el vidrio que protegía la imagen, un vidrio común, permaneció sin daño. Según Orozco, este resultado no tiene una explicación física clara.
El Cristo del atentado en la Basílica de Guadalupe / Foto: Especial
El estudio también analizó la deformación del crucifijo. Orozco señaló que la cruz no estaba fija al altar, por lo que debió haber sido desplazada por la explosión, no doblada. El físico indicó que el bronce requiere energía considerable, calor y tiempo para deformarse, condiciones que no estuvieron presentes en el evento. Por ello, consideró que no existe una causa material conocida que explique la forma en que quedó el crucifijo.
Los documentos notariales y reportes de la época describen daños en el mármol, en los candelabros y en el altar, así como vidrios rotos en viviendas vecinas. Sin embargo, el ayate con la imagen de la Virgen de Guadalupe permaneció sin afectación.
Te recomendamos: El dulce nombre de María, la ‘obra más viajera’ de la Basílica de Guadalupe
El Cristo del atentado se conserva como un testimonio histórico del suceso ocurrido en 1921. Para algunos, representa un símbolo de protección asociado con la devoción guadalupana; para otros, un caso de interés científico e histórico que continúa siendo objeto de análisis.
Este crucifijo está en exhibición permanentemente en la Nueva Basílica de Guadalupe, justo a la entrada del templo.
‘Cristo del Atentado’, evidencia del amor de Jesús hacia su Madre, la Virgen María. Foto: Especial.
Cruz de Amor
Oh Dios, Padre omnipotente
Que quisiste que Jesús,
En el leño de la Cruz,
Entregara cabalmente
Su cuerpo y sangre doliente,
Como SANTO REDENTOR,
Te pedimos, por favor,
Que este noble crucifijo
Nos alcance de tu Hijo
Las gracias que da su amor.
Porque aún ahí clavado,
Quiso a su Madre liberar
De la saña del maligno,
Dejándonos como testigo
Esta CRUZ DEL ATENTADO
Que con la luz del Espíritu Santo
Acrecienta nuestra fe,
Y alienta nuestra esperanza.
¡Y que el amor Guadalupano reine por siempre en la Patria!
Amén.
La trata es la inversión más cruel de los valores. Un niño no es un…
Durante una ponencia sobre misticismo en el Vaticano, el Cardenal Víctor Manuel Fernández explicó cómo…
En redes sociales se han presentado casos de personas que elaboran actas falsas de sacramentos.…
La violencia no se cura con balas ni algoritmos, sino con corazones formados en el…
En una emotiva misa a los pies de la Virgen de Guadalupe, Monseñor Francisco Javier…
¿Dios castiga a los hijos por las faltas de sus padres? Un sacerdote aclara este…