ACI Prensa
El Papa criticó la llamada ideología de género al denunciar que se ha reabierto “el camino por la dignidad de la personal neutralizando radicalmente la diferencia sexual y, por tanto, la comprensión del hombre y de la mujer, no es justa”.
“En lugar de contrastar las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que mortifican su valor irreducible para la dignidad humana, se quiere eliminar de hecho tales diferencias, proponiendo técnicas y prácticas que la hacen irrelevantes para el desarrollo de la persona y para las relaciones humanas”.
En un encuentro en el Vaticano con la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia por la Vida que preside Mons. Vincenzo Paglia, el Papa hizo una entusiasta defensa de la vida y alertó contra movimientos que intentan cambiar su realidad.
Francisco criticó que la “utopía de lo ‘neutro’” desde hace un tiempo está borrando “tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como en la calidad personal de la transmisión generativa de la vida”.
“La manipulación biológica y psíquica de la diferencia sexual, que la tecnología biomédica deja entrever como completamente disponible a la elección de la libertad –¡mientras no lo es!–, arriesga a que se desmantele la fuente de energía que alimenta la alianza del hombre y de la mujer y la hace creativa y fecunda”.
El Obispo de Roma dejó también claro que cuando se recibe la vida como un don, esta “nos regenera” porque “nos enriquece” y advirtió de que si se rechaza esta realidad “nuestra historia no será renovada”.
También pidió cuidar las diversas etapas de la vida, en especial los niños y los ancianos. “Una sociedad en la que esto solo puede ser comprado o vendido, burocráticamente regulado y técnicamente predispuesto, es una sociedad que ya ha perdido el sentido de la vida”.
Y en su opinión, por eso “se edifican ciudades cada vez más hostiles a los niños, y comunidades más inhóspitas para los ancianos, con muros sin puertas y ventanas” que en lugar de “proteger, en realidad sofocan”.
Fractura generacional
Por otro lado, el Obispo de Roma reflexionó sobre las nuevas tecnologías y su relación con la vida, y habló de la “potencia” de las biotecnologías, “que ya ahora consiente manipulaciones de la vida que hasta hoy eran impensables”.
“Es urgente intensificar el estudio y comparar los efectos de tal evolución de la sociedad en sentido tecnológico para articular una síntesis antropológica que esté a la altura de ese desafío epocal”.
“La inspiración de conductas coherentes con la dignidad de la persona humana tiene relación con la teoría y la práctica de la ciencia y de la técnica en su enfoque general de la vida, el significado y el valor”.
Francisco denunció que el hombre parece encontrarse “en el rápido difundir de una cultura obsesivamente centrada en la soberanía del hombre respecto a la realidad”.
A su vez denunció la “egolatría”, es decir, “el verdadero culto al yo”. “Esta perspectiva no es inicua, sino que se plasma en un sujeto que se mira continuamente al espejo” y le hace ser “incapaz de dirigir los ojos hacia los otros y el mundo”.
También denunció el “materialismo tecnocrático” del que son víctimas hombres mujeres y niños de todo el mundo y reafirmó la idea de que “un auténtico progreso científico y tecnológico debería inspirar políticas más humanas”.
Ante esta situación, “el mundo necesita creyentes que, con seriedad y alegría, sea creativos y propositivos, humildes y valientes, determinados a recomponer la fractura entre las generaciones”.
“La condición adulta es una vida capaz de responsabilidad y amor, sea hacia la generación futura, sea hacia la pasada. La vida de los padres y de las madres en edad avanzada espera ser honrada por aquello que generosamente ha dado, no ser descartada por aquello que no tiene más”.
Teologia de la creación
Francisco subrayó la importancia de una teología de la creación y de la redención que “sepa traducir en palabras y gestos el amor por cada vida y para toda la vida”.
Para ello recordó que el relato bíblico de la creación debe ser “releído de nuevo” para así “apreciar toda la amplitud y profundidad del gesto del amor de Dios que confía en la alianza del hombre y de la mujer en la creación”.
“Esta alianza es ciertamente sellada por la unión de amor, personal y fecunda, que marca el camino de la transmisión de la vida a través del matrimonio y la familia”.
El Papa también afirmó que “el hombre y la mujer no están llamados solo a hablarse de amor, sino a hablarse, con amor, de aquello que deben hacer para que la convivencia humana se realice a la luz del amor de Dios por cada criatura”.
“Juntos han sido creados, en su diferencia bendecida; juntos han pecado, por su presunción de sustituir a Dios, juntos, con la gracia de Cristo, vuelven a la presencia de Dios, para honrar el cuidado del mundo y de la historia que Él ha confiado”.
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