En la catequesis durante su Audiencia General en el miércoles 5 de setiembre el Papa Francisco continuó reflexionando sobre los diez mandamientos, y se centró en el tercero de ellos, aquel que habla del descanso semanal. Descansar no es fácil, – dijo – porque hay un descanso falso y descanso verdadero. “¿Cómo reconocerlos?”, preguntó.
“Se debe distinguir – dijo en español – entre el verdadero descanso y la evasión, tan común en nuestros días. Hoy se intenta evadir la realidad buscando una diversión que oculte nuestro descontento”.
El concepto hodierno de descanso mira a la evasión
En primer lugar, en la catequesis que impartió en italiano – el Santo Padre posó su pensamiento en la sociedad de hoy, sedienta de diversión y de vacaciones, con una publicidad que diseña el mundo ideal como “un gran parque de juegos donde todos se divierten”, cuya “imagen modelo” es la de una persona de éxito que puede permitirse amplios y diversos espacios de placer.
Se trata, advirtió el Papa, de “una mentalidad que hace caer en la insatisfacción de una existencia anestesiada por la diversión que no es descanso, sino alienación y fuga de la realidad”.
“¡El hombre no ha descansado nunca tanto como hoy, y sin embargo el hombre nunca ha experimentado tanto vacío como hoy!”
El descanso visto desde otra luz
Dios, en el Decálogo, muestra otra luz de lo que es el descanso, que es “la contemplación y la alabanza”. “Al descanso como fuga de la realidad, el Decálogo opone el descanso como bendición de la realidad”, añadió.
“Para nosotros cristianos, el día del Señor es el domingo, y en la eucaristía, que significa ‘dar gracias’, se encuentra el culmen de esa jornada de contemplación y bendición, en la que acogemos la realidad y alabamos al Señor por el don de la vida, dándole gracias por su misericordia y por todos los bienes que nos concede”.
El reposo es el momento propicio para la reconciliación
El Papa puso en guardia sobre cuán facil es doblegar el corazón a la infelicidad, subrayando los motivos de descontento, mientras que en cambio la bendición y la alegría implican una apertura al bien. Un bien que no se impone sino que se elige, como la paz.
“La verdadera paz – afirmó Francisco – no es cambiar la propia historia, sino acogerla y valorizarla”. Y así, “el reposo es también un momento propicio para la reconciliación, para confrontarnos con las dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de quien sabe valorizar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la pobreza.”
El Señor nos dice “elige la vida”
Tras recordar las palabras del Señor en el Deuteronomio (30,19) que nos impulsa a elegir la vida, el Papa puso a la reflexión de los fieles una última pregunta: ¿Cuándo se vuelve bella la vida? Y respondió:
“Cuando se comienza a pensar bien de ella, cualquiera sea nuestra historia”.
En la conclusión de su catequesis en español el Papa animó “a abrir el corazón a la Providencia divina y a descubrir la profunda verdad del Salmo: «Solo en Dios descansa mi alma»; y que, junto con la Virgen María, acojamos al Espíritu Santo para seguir las huellas de Cristo en el camino de la vida”.
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