“La Iglesia hoy siente una fuerte llamada a salir fuera de sí misma e ir a las periferias, sea geográficas sea existenciales. Vuestro compromiso a abrazar las nuevas fronteras de misión implica no solamente el ir a nuevos territorios para llevar el Evangelio, sino también afrontar los nuevos desafíos de nuestro tiempo, como las migraciones, el secularismo y el mundo digital”, lo dijo el Papa Francisco a los participantes en el Capítulo General de la Congregación de la Pasión de Jesucristo, Pasionistas, a quienes recibió la mañana de este lunes, 22 de octubre, en la Sala del Consistorio del Vaticano.
En su discurso, el Santo Padre recordó a los participantes el tema de reflexión que ha guiado estos días de Capítulo General: “Renovar nuestra misión: Gratitud, Profecía y Esperanza”. “Estas tres palabras – afirmó el Pontífice – gratitud, profecía y esperanza expresan el espíritu con el cual desean impulsar vuestra Congregación hacia una renovación en la misión. De hecho, además de elegir el gobierno del Instituto, ustedes se proponen actuar un nuevo camino de formación continua para vuestra comunidad, enraizado en la experiencia de la vida cotidiana, y operar un discernimiento sobre la metodología pastoral en vista de las nuevas generaciones”.
Citando una frase del Fundador de los Pasionistas, San Pablo de la Cruz, el Papa Francisco alentó a los miembros de esta Congregación a que, “la Pasión de Jesucristo este siempre en sus corazones”. “San Pablo de la Cruz – señaló el Santo Padre – quería que sus comunidades fueran escuelas de oración, donde poder tener experiencia de Dios. Su misma santidad fue vivida entre oscuridad y desolación, pero también con una alegría y una paz que tocaba el corazón de quien lo encontraba”.
“La más grande y estupenda obra del amor de Dios” decía el Fundador de los Pasionistas sobre la Pasión de Jesucristo, debe estar al centro de sus vidas y su misión. En este sentido, el Papa Francisco subrayó que, “el voto que los contra distingue, con el cual se comprometen a mantener viva la memoria de la pasión, los pone al pie de la Cruz, de la cual brota el amor sanador y reconciliador de Dios”. Por ello, dijo el Pontífice, los animo a “ser ministros de sanación espiritual y de reconciliación, muy necesarios para el mundo de hoy, marcado por antiguas y nuevas plagas”. Como está establecido en sus Constituciones Generales, precisó el Obispo de Roma, “su cercanía al pueblo, expresada tradicionalmente a través de las misiones populares, la dirección espiritual y el sacramento de la Penitencia, es un testimonio precioso. La Iglesia necesita ministros que hablen con ternura, escuchen sin condenar y acojan con misericordia”.
“La Iglesia hoy siente fuertemente la llamada a salir de sí misma e ir a las periferias, tanto geográficas como existenciales. Su compromiso de abrazar las nuevas fronteras de misión implica no sólo entrar en nuevos territorios para llevarles el Evangelio – señaló el Papa – sino también afrontar los nuevos desafíos de nuestro tiempo, como la migración, el secularismo y el mundo digital. Esto significa estar presente en aquellas situaciones en las que la gente percibe la ausencia de Dios, y tratar de estar cerca de aquellos que, de cualquier manera o forma, están sufriendo”.
En esta época de cambio, afirmó el Papa Francisco, que es más bien un cambio de época, están llamados a estar atentos a la presencia y a la acción del Espíritu Santo, leyendo los signos de los tiempos. “Las nuevas situaciones requieren nuevas respuestas. San Pablo de la Cruz fue muy creativo al responder a las necesidades de su tiempo, reconociendo – como dice en la Regla – que el amor de Dios es el más ingenioso y no se manifiesta tanto en las palabras como en las obras y en los ejemplos de los que aman. La fidelidad creativa a vuestro carisma les permitirá responder a las necesidades de los hombres de hoy, permaneciendo cerca de Cristo sufriente para llevar su presencia a un mundo que sufre”.
Refiriéndose a los muchos ejemplos de santidad que esta Congregación ha dado al pueblo de Dios, como San Gabriel de la Dolorosa, el Papa Francisco resaltó, la fecundidad de su carisma y dijo que esto representa modelos para inspirar sus opciones apostólicas. “La fuerza y la sencillez de su mensaje, que es el amor de Dios revelado en la Cruz, puede todavía hablar a la sociedad de hoy que ha aprendido a no confiar sólo en las palabras y a dejarse convencer sólo por las obras. Para muchos jóvenes que buscan a Dios – precisó el Papa – la Pasión de Jesús puede ser una fuente de esperanza y de valor, enseñándoles que todos son amados personalmente y hasta el final. Que vuestro testimonio y vuestro apostolado continúen enriqueciendo a la Iglesia, y que permanezcan siempre cerca de Cristo crucificado y de su pueblo sufriente”.
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