Uno de los grandes santos del siglo XX es Oscar Arnulfo Romero (1917.1980), arzobispo metropolitano de El Salvador, quien fue asesinado por haber denunciado en sus homilías graves violaciones a los derechos humanos y haber manifestado su solidaridad con los pobres y las víctimas de la violencia en su país.
Mons. Oscar Romero había sido postulado para el Premio Nobel de la Paz en 1979 por el parlamento del Reino Unido.
Su muerte ocurrió el 24 de marzo de 1980, en la Capilla del Hospital Divina Providencia en El Salvador, en plena misa. Él tenía 62 años de edad.
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Poco después de su asesinato, un misal que él usaba se incorporó a la colección de reliquias de los mártires del siglo XX que se encuentra en la Isla Tiberina, en Roma, cerca de la tumba de San Bartolomé, y que ha sido confiada a la Comunidad de San Egidio.
Como Postulador de la Causa de Mons. Oscar Romero fue designado Mons. Vincenzo Paglia y el proceso de beatificación inició el 24 de marzo de 1990; para 1994, recibió el título de Siervo de Dios, y el 3 de febrero de 2015 fue reconocido como mártir de la Iglesia por odio a le fe.
Su proceso fue polémico por su ideario a favor de los desprotegidos, y es que tomó tintes políticos, pero, ante todo, Mons. Romero fue un sacerdote al frente de una comunidad por la cual dio la vida. Como Arzobispo se desempeñó entre 1977 hasta que fue abatido, por lo que le tocó vivir los primeros años de la guerra civil entre la guerrilla de izquierda (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN) y el ejército que defendía a un gobierno de extrema derecha, lucha que se prolongó hasta 1992, aun en tiempos del pontificado de Juan Pablo II.
Su beatificación tuvo lugar el 23 de mayo de 2015 por el cardenal Angelo Amato, en representación del Papa Francisco, y fue canonizado en Roma el 14 de octubre de 2018.
El milagro para la canonización fue la curación inexplicable de una mujer salvadoreña que estaba embarazada, Cecilia Maribel Flores Rivas, de 34 años, con una enfermedad terminal, sin embargo, sanó y su bebé nació sin problemas.
Él es el primer arzobispo de América en ser canonizado y el primer santo de El Salvador.
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