Protección a menores

¿Cómo identificar si mi hijo/hija ha sido víctima de violencia sexual?

Artículo realizado por la Comisión para la Protección de Menores de la Arquidiócesis Primada de México

La presencia de la violencia en el mundo se ha vuelto cotidiana, estamos acostumbrados a vivirla en nuestro día a día, se presenta de diversas formas, en ocasiones podemos nombrarla, en otras, la percibimos como normal. En las experiencias diarias, nos damos cuenta si abrimos bien los ojos, que si miramos el mundo con otros lentes o desde otra perspectiva, no se trata de la violencia, sino de las violencias y que éstas, impactan de maneras diversas a cada una de las personas según su experiencia de vida y en el cómo conciben y perciben el mundo.

Lo mismo sucede con las violencias sexuales y la significación que adquiere para cada individuo.

Ciertamente, quisiéramos tener una receta que nos dé el ABC de cómo detectar los indicadores más comunes en niñas, niños o adolescentes (NNA) que han sufrido este tipo de violencias, lo cual se complejiza debido a que todas las personas somos diferentes, así como la manera en que percibimos el mundo, la subjetividad mediante la cual construimos nuestra identidad, la forma en que nos relacionamos, las realidades familiares de las que venimos,el cómo el mismo entorno nos afecta y deja o no una huella en nosotros.

Cuando hablamos de violencias sexuales, por ejemplo, del abuso sexual en contra de NNA, además de un delito, es un abuso de poder, donde existe una persona con una edad significativamente diferente, que aprovecha su posición (de autoridad, como cuidador, por experiencia, etc.) para someter a otro a un acto sexual (que a veces puede estar matizado, manipulado u oculto a la vista), para que, sin un pleno ejercicio de su consentimiento (por edad, condición, comprensión, conocimiento de las consecuencias generales, etc.), acceda “libremente” a realizarlo o a “participar”, cuando ciertamente, se ha rendido o ha sido sometido por medio de engaños o amenazas a ser víctima de este terrible delito.

La importancia de identificar espacios, situaciones o relaciones que ponen en riesgo a los niños

Por lo anterior, resulta importante que los adultos podamos discernir y hacer un escrutinio meticuloso en cada uno de los espacios en los que participan o están presentes nuestros NNA, de tal suerte que sean identificados aquellos espacios, situaciones o relaciones, que podrían llegar a significar un riesgo, o bien, que ante el desconocimiento o negligencia, se ha normalizado la reproducción de las violencias sea cual sea el tipo. Así pues, una vez analizado lo mencionado, niñas, niños y adolescentes, independientemente de la diversidad de experiencias que cada uno tenga, podremos identificar si hay un signo corporal, emocional, conductual, del sueño, hambre, cambio en los juegos, las relaciones, etcétera, que nos va a indicar que algo en su entorno ha cambiado y que ese algo, también está afectando su vivir diario.

Es por lo antes descrito que resulta importante que sean tomados en cuenta tres elementos:

  • La tutela
  • La vigilancia
  • y acompañamiento (Gómez, 2019).

La tutela, permitirá que padres y cuidadores procuren el bienestar e integridad de niñas y niños; la vigilancia, promueve mantener los ojos abiertos, revisar incluso nuestras conductas, si estamos replicando conductas maltratantes, si existen espacios o personas riesgosas, si es momento de hacer un cambio por procurar su dignidad.

Ellos, NNA merecen crecer en entornos protectores y de buen trato, por lo que acompañarlos en su crecimiento, así como entregarles elementos de autocuidado y resiliencia, donde sepan que si algún momento se sienten vulnerados, habrá alguien que atenderá correctamente su malestar, que va a escuchar y sobretodo, que va confiar, creer en su palabra y actuar en consecuencia para proteger sus derechos.

La comunicación verbal y no verbal entre padres e hijos es fundamental para identificar y prevenir cualquier situación que implique un riesgo, porque mediante la escucha y la observación se puede detectar a tiempo incluso aquello que niñas, niños y adolescentes, gritan en silencio.

DLF Redacción

La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.

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