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Talbot: el violín robado

Cuando todavía era un niño, Matthew Talbot tuvo su primer contacto con el alcohol. Tenía apenas 12 años y trabajaba como obrero para ayudar a su familia.

En la Dublín de finales del siglo 19 aparentemente no tenía oportunidades de superar su adicción. Sin embargo, lo hizo, y ahora su vida es un ejemplo de la capacidad de transformación desde el sufrimiento y la fe.

Nació en 1865 en esa ciudad de Irlanda, en una familia empobrecida y rodeado de una cultura de consumo excesivo de alcohol. Dejó la escuela y empezó a trabajar.

Cuando no tenía dinero, pedía prestado para comprar vino, incluso, un día le robó un violín a un músico para venderlo. Su vida, al principio, fue una tragedia cotidiana, como la enfrentada actualmente por 400 millones de personas en el mundo según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud: la lucha contra el alcoholismo.

A los 28 años, luego de una noche de esperar, sin éxito, afuera de un bar que alguien le invitara una bebida, Talbot tomó una decisión radical: se abstendría por completo. Más allá de la renuncia física, su transformación fue un acto espiritual. La ayuda no procedió de terapias ni programas modernos —esenciales ahora en la rehabilitación de las adicciones—, sino de una fe profunda para entregarse a una vida de penitencia y devoción religiosa.

Encontró fuerza y esperanza en la oración y en ir a misa a diario, a la iglesia de la Santísima Trinidad. Pagó sus deudas, incluso buscó al violinista a quien había despojado de su instrumento musical para entregarle otro violín.

Su historia es un recordatorio de la importancia del apoyo comunitario y espiritual. Nadie se salva solo. Aunque se sometió a privaciones, su lucha siempre estuvo ligada a un sentido de pertenencia con su comunidad, compañeros de trabajo y con Dios. Lo que ahora conocemos como la red de apoyo, de donde provienen más de la mitad de las solicitudes de orientación emocional para personas con adicciones atendidas desde la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.

El 7 de julio de 1925, mientras caminaba hacia la iglesia, Matthew Talbot se desplomó en la calle por un ataque cardiaco. Su vida ha sido inspiración para quienes enfrentan la adicción al alcohol y cuyos testimonios llevaron a que el Papa Juan Pablo II lo declarara Venerable en 1994 y ahora esté en proceso de beatificación.

El santo patrono de los alcohólicos rehabilitados enseñó que el verdadero cambio es un acto de paciencia, disciplina y amor silencioso a uno mismo y a las otras personas.

Salvador Guerrero Chiprés

Coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5 CDMX).

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