Como miembros de la Iglesia, debemos orar siempre por las vocaciones sacerdotales, para que Jesús suscite en nuestras diócesis la presencia de pastores con corazones apasionados por transmitir el Evangelio y por dar vitalidad a la Iglesia.
Supliquémosle, en oración, que nos dé abundantes ministros: pastores que construyan nuestra Iglesia, la conduzcan, y hagan siempre visible Su presencia en medio de nuestras comunidades.
No nos cansemos de pedirle a Él por más vocaciones, que lo representen a Él en medio de nosotros, y que a su vez nos representen como Iglesia ante Dios llevándole nuestras súplicas.
Así pues, con esta oración, pidamos al Señor haga germinar y brotar vocaciones sacerdotes según Su corazón:
Oh Jesús, buen pastor,
dígnate mirar con ojos de misericordia,
a esta porción de tu grey amada.
Señor, suscita en tu Iglesia
vocaciones sacerdotales, consagradas
y laicales para extender tu reino.
Te lo pedimos por
la Inmaculada Virgen María de Guadalupe,
tu dulce y santa madre.
Oh Jesús, danos vocaciones, según tu corazón.
Amén.
Con el mismo fervor que hemos pedido por las vocaciones sacerdotales, pidamos también a Nuestro Señor Jesucristo por las vocaciones laicales, por los que tienen vocación para el Matrimonio y por quienes sienten el llamado a la Vida Consagrada.
Señor Jesús, mi Dios y mi Salvador,
tú me conoces y me amas,
me observas y me escuchas,
eres mi hermano y el mejor de mis amigos,
quiero hoy agradecerte los dones de la vida
y de la fe.
Si existo, es por ti; si creo en ti, es por ti,
ayúdame a saber vivir
y a creer en ti más fielmente.
Ilumíname para saber cuál es tu voluntad,
indícame por dónde he de llegar a ti.
Concédeme un gran entusiasmo
para entregarte todo lo que soy,
todo lo que tú me has dado.
Que no te niegue nada de lo que me pidas y te ame
como tú quieras ser amado, con todo mi ser y
con todo mi corazón.
Amén.
Señor, Padre Santo, Dios omnipotente y eterno,
te damos gracias y bendecimos tu Santo Nombre:
tú has creado al hombre y a la mujer para que el
uno sea para el otro, ayuda y apoyo.
Acuérdate hoy de todos los matrimonios,
protégelos y concédeles que su amor sea
entrega y don, a imagen de Cristo y de la Iglesia.
Ilumínalos y fortalécelos en la tarea de la
formación de sus hijos, para que sean
auténticos cristianos y constructores
esforzados de la ciudad terrena.
Haz que vivan juntos, en alegría y paz, para que
sus corazones puedan elevar siempre hacia ti,
por medio de tu hijo en el Espíritu Santo, la
alabanza y la acción de gracias.
Amén.
Oh Jesús, tú bien sabes cuantos religiosos,
religiosas y consagrados necesitamos.
Mira, Señor, cuántas doctrinas
van penetrando en los hogares
por faltar quién oriente las almas
y las lleve al conocimiento de la verdad.
Ten misericordia de tu pueblo
y despierta en nosotros, Señor,
numerosas y santas vocaciones consagradas,
que trabajen por la salvación de las almas.
Oh, Virgen Santísima, bendice el trabajo de
nuestros religiosos, religiosas y consagrados y
alcánzales, de tu Divino Hijo,
las gracias que ellos
necesitan para vivir fielmente en su Vocación.
Nosotros te lo pedimos por el amor
que le tienes a Jesús y a las almas,
Amén.
El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…
“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…
El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…
Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…
‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…
El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…
Esta web usa cookies.