En octubre del 2021 dio inicio la Visita Pastoral en la Arquidiócesis de México. Después de haberla postergado a causa de la emergencia sanitaria declarada por la pandemia de Covid-19, el Señor Cardenal Don Carlos Aguiar Retes y a sus Obispos Auxiliares por fin pudimos salir al encuentro de las comunidades parroquiales.
*Encuentro *
Uno de los objetivos de la Visita Pastoral fue el “encuentro” con los miembros de las comunidades parroquiales: que los obispos fuéramos hasta los fieles a fin de hacerles sentir la solicitud pastoral respecto a las situaciones que están experimentando, desde los sacerdotes hasta el más pequeño de los laicos, pasando por miembros de la vida consagrada y los agentes laicos comprometidos con la evangelización de cada comunidad.
La memoria gráfica da cuenta de todos estos encuentros, que desde el principio tuvieron una gran resonancia para las personas en general, pues gracias a las redes sociales, muchos de ellos se enteraron de la Visita Pastoral en la Arquidiócesis de México, pensando, incluso, que es la primera vez que se lleva a cabo.
Nos hemos hecho cercanos a los más variados ambientes para sorpresa de algunos, pero también para alegría y agradecimiento de muchos, y esto sólo con el sentido pedagógico de llamar a las comunidades parroquiales a salir a las calles, a ir en busca de los hermanos urgentemente necesitados del influjo del Evangelio de Cristo.
Tuvimos la oportunidad de ver los rostros de tantos hermanos y hermanas que se esfuerzan por ser fieles al Señor, por trabajar con Él y para Él; también con personas desanimadas y cansadas después de haber vivido una dura pandemia y experimentar sus consecuencias en la salud, en el trabajo y en la economía; hemos llegado a comunidades necesitadas de un mayor empeño pastoral.
Pero con todo esto, lo cierto es que el “encuentro”, por la gracia de Quien nos ha enviado, no ha dejado indiferentes a los miembros de nuestras parroquias. Como en los encuentros con Cristo el Señor, las comunidades cristianas se han quedado inquietas, tocadas, alentadas, motivadas.
Revitalización
Otro de los objetivos de la Visita Pastoral fue el de “revitalizar” la vida de fe de nuestra comunidad arquidiocesana; en primer lugar, por los estragos que la pandemia dejó en la misma, aunque también por la aparente ausencia de signos que permitieran ver la vida cristiana de los que habitamos en esta gran Ciudad de México.
Y en efecto, la Visita Pastoral logró animar a las comunidades que temerosas dudaban en retomar sus actividades presenciales; fue una gran oportunidad para reabrir templos y convocar a los miembros de las comunidades a volver; sí, con guardando cuidados, pero volver a celebrar la fe y fortalecerla con la oración, el estudio y el encuentro con los hermanos.
La Visita Pastoral puso en evidencia la gran riqueza en expresiones de fe, los trabajos enormes de muchos hermanos que antes de nosotros habían venido haciendo todo por ser testigos del Señor en una ciudad multicultural, multifacética, cosmopolita y altamente secular.
La vida misma del Evangelio a través de una experiencia eclesial como lo es la Visita Pastoral, se hizo presente en las diferentes comunidades cristianas, empapándolas para hacer de ellas un enriquecimiento de su manantial, una oportunidad de saciar la sed hiriente de una comunidad necesitada, y una presencia que precede la llegada inminente del Reino de Dios.
Desafío
También sabíamos que la Visita Pastoral nos plantearía una serie de desafíos pastorales, retos a nuestra misión de evangelizar las culturas presentes en la Arquidiócesis de México; un trabajo más incisivo con las familias, los jóvenes y los más pequeños, entre los que se encuentran particularmente quienes tienen necesidad de la Buena Noticia del Señor.
Tenemos desafíos en el campo de la formación de los agentes ordenados y de los laicos para procurar y vivir una auténtica conversión pastoral, para lograr una Iglesia verdaderamente servidora, que no se preocupe solo por su autoconservación, sino por darse al estilo del Maestro.
Además, advertimos que la comunión sigue siendo una tarea por hacerse realidad, descubrimos un “Cuerpo” que necesita de todos sus miembros, diversos e importantes, pero cohesionados para nuestra única tarea: la Evangelización, de tal manera que todos los hombres lleguen al conocimiento de la verdad.
La solidaridad y la fraternidad son valores que se viven en las comunidades; sin embargo, es urgente que sean más fuertes y puedan trascender a los trabajos que se realizan entre parroquias y sacerdotes de los propios decanatos. Asimismo, es importantísimo valorar la riqueza de la conformación de Unidades Pastorales en favor de un trabajo común organizado y contundente.
Podríamos concluir que la Visita Pastoral que hemos realizado, misma que se clausurará el jueves 28 de junio en la Basílica de Guadalupe, ha sido un momento de gracia para Nuestra Arquidiócesis de México, y que estaremos descubriendo muchos de sus frutos especialmente en las Asambleas parroquiales, decanales y en la Asamblea Arquidiocesana que se espera geste un proyecto arquidiocesano de pastoral.
Desde este espacio agradecemos a Dios y a todos y cada uno de los miembros de nuestra comunidad arquidiocesana, por haber hecho posible este servicio de nuestra caridad pastoral.
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