Después de su asesinato, Charlie Kirk adquirió fama superlativa a nivel mundial. Era una de las pocas personas de valores conservadores que le gustaba debatir –era su pasión– en ambientes universitarios, ambientes hostiles al cristianismo como ocurre, desde hace décadas, en la mayoría de las universidades. Estos fueron algunos rasgos de su personalidad y su actividad:

Apertura al diálogo respetuoso
Kirk poseía una claridad mental y una habilidad poco común para ganar debates. Sus diálogos en los campus universitarios se llamaban “Prove me wrong” (Demuéstrame que estoy equivocado) donde Kirk invitaba a los estudiantes a desafiar sus opiniones políticas en discusiones abiertas que luego se hacían virales en You Tube y Tik Tok. Siempre combatió con agudeza los argumentos contrarios pero en el respeto al adversario.

Activismo conservador
Sus discusiones públicas eran promovidas por la organización “Turning point” que él mismo fundó en Estados Unidos en 2012 para promover los valores conservadores como la defensa de la vida, el matrimonio, la familia, la libertad individual y la limitación de los gobiernos en la vida pública. Sus posturas sobre la inmigración, el cambio climático y la identidad de género fueron siempre provocadoras para quienes se identifican con el progresismo y la agenda woke.

Una de las iniciativas más odiadas por los adversarios de Kirk es, sin duda, “Professor Watchlist”, que expone públicamente en redes sociales a los profesores promotores de ideas antiestadounidenses e izquierdistas que discriminan en las aulas a sus alumnos de ideas conservadoras.

Pasión por su fe cristiana
Para quienes somos discípulos de Jesús, lo más admirable de Charlie Kirk fue, indudablemente, su defensa pública de la fe cristiana. Educado como cristiano evangélico y casado con Erika Frantzve, Kirk mostró un amor apasionado por Jesucristo y por la Revelación bíblica sin temor al qué dirán. La profesión manifiesta del cristianismo, sin pelos en la lengua, estimuló más aún el rechazo y el odio del movimiento woke, ya que se éste se sintió atacado en los ideales liberales que promueve.

El cristianismo fue el corazón y el alma de Charlie Kirk y de su activismo patriótico. Él sabía que Jesucristo es el Verbo eterno de Dios, el Logos –principio racional que rige el universo– que se hizo carne para ser la luz del mundo, y para arrancar al mundo de las manos de su príncipe. Kirk sabía que el mundo está bajo el poder el maligno y que Jesús vino a destruir las obras del diablo (1Jn 3,8). Sabía que el progresismo woke es una agenda destructora del hombre y él se dedicó a combatirla con la fuerza de la persuasión, con la fuerza del Logos.

El odio
Charlie fue una persona que odiaba las ideas que combatía. No podía quedarse de brazos cruzados mientras que los drag queens, en las escuelas, adoctrinaban y pervertían a los niños; o permanecer estático mientras que se destruían vidas inocentes por el aborto legal o se deteriorara la vida social por la inmigración ilegal masiva. Kirk no tenía un odio personal o emocional hacia las personas que cometían estos actos, sino que su actitud era de rechazo firme y virtuoso a estos males por sí mismos, por ser contrarios a la voluntad de Dios y dañinos para el alma y la nación. Su odio era hacia el pecado no hacia el pecador, a quien siempre respetó.

Por el contrario, el odio malvado vino de los adversarios de Kirk, que más allá de tenerlo como adversario lo veían como un peligroso enemigo que debía ser silenciado. Al carecer de la fuerza argumentativa de Kirk para defender sus ideas liberales, los progresistas enemigos lo mataron y celebraron con vítores su asesinato. Cuando se les acabaron los argumentos recurrieron a las balas y despúes a la fiesta. Algo muy podrido y oscuro debe reinar en los corazones que festejan el homicidio de una persona que era un buen esposo, padre, cristiano, que amaba mucho a su país y que gustaba debatir sus ideas con jóvenes universitarios. Cuando la emoción domina sobre la razón el hombre rebaja su dignidad y se suele llegar a catástrofes como fue la muerte de Charlie Kirk.

La unidad
No es fácil esperar unidad de la nación norteamericana a corto plazo. Quiera Dios que el asesinato de Kirk llame a muchos a la reflexión y no polarice más a la población en dos bandos que pueden –Dios no lo permita– llegar a confrontaciones más ásperas contra quienes piensan de manera diversa. Charlie Kirk y su pasión, la razón, el diálogo y, sobre todo, predicar el Evangelio de Jesucristo, raíz y germen de nuestra cultura.

Pbro. Eduardo Hayen Cuarón

Ordenado sacerdote para la Diócesis de Ciudad Juárez, México, el 8 de diciembre de 2000, tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación (ITESM 1986). Estudió teología en Roma en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum y en el Instituto Juan Pablo II para Estudios del Matrimonio y la Familia. Actualmente es párroco de la Catedral de Ciudad Juárez, pertenece a los Caballeros de Colón y dirige el periódico www.presencia.digital

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