El divorcio

En este artículo hablaré de un tema que pareciera estar de moda, el DIVORCIO. ¿Qué es el divorcio? en México se define como la disolución jurídica definitiva del vínculo matrimonial, dejando a los cónyuges en aptitud de contraer otro. En verdad suena interesante, divorciarse es, en otras palabras, el no entendimiento de la pareja en una relación, para obtener la libertad y liberarnos del compromiso matrimonial.

Pero reflexionemos más sobre el tema. Independientemente de ser un asunto de tipo legal totalmente válido para la anulación de una relación de pareja, este conlleva otras acciones que perjudican al divorciado y afectan a terceros.   

 ¿Cuál es la afectación por el divorcio? Muchas, tanto a nivel emocional, psicológico, social y económico. El divorcio no deja de ser una pérdida, por lo tanto, alguno de los dos, o los dos, tendrán que vivir un duelo y superarlo, pero en ocasiones no será fácil por lo que generalmente se recurre a un terapeuta especialista en el tema.

El divorcio puede ocasionar sentimientos de decepción, vergüenza o culpa por haber fracasado en su matrimonio. La incertidumbre sobre el futuro, el proceso legal y los reajustes emocionales pueden llevar a la ansiedad o a la depresión.

Otro aspecto relevante es el impacto psicológico, el cual lleva a una baja de la autoestima, a buscar una adaptación a una vida diferente a la planeada y a una crisis de identidad.  

También los divorciados viven un impacto social con posibles cambios en las relaciones familiares y con algunas amistades. Este impacto social puede llegar hasta el aspecto religioso, si alguno de ellos lo fuera.

No se diga del impacto económico por la reducción de ingresos si estos eran compartidos, la manutención de los hijos y lo que esto conlleva, tema del que hablaremos en otro momento por la importancia que tiene en el impacto a los hijos.

En el aspecto espiritual y religioso puede traer consecuencias de culpa espiritual si alguna de las personas, por su fe, lo valora como un vínculo indisoluble. Aunque ahora, las diferentes religiones ofrecen apoyo y orientación a los divorciados, por la cantidad de ellos que ha ido en aumento.

Pero, detengámonos en el aspecto religioso, y para ello cito a Mateo quien en su capítulo 19 dice: “Se le acercaron (a Jesús) unos fariseos, y lo pusieron a prueba con esta pregunta: «¿Está permitido a un hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?». Jesús respondió: «¿No han leído que el Creador a principio los hizo hombre y mujer y dijo: ¿El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.» (3-6)”. En efecto, el vínculo matrimonial, implica una entrega total y permanente a la pareja elegida por uno mismo.

El compromiso matrimonial, dentro de nuestra cultura occidental católica, es avalado por un ministro ordenado y se le llama “consentimiento” y este se lleva a cabo dentro del rito del matrimonio.

Sin embargo, ante la gran cantidad de divorcios, la Iglesia católica se manifiesta a través del Papa Francisco quien en diferentes foros ha comentado: “El divorcio es una “moda” y la separación destruye la familia”. “El ideal de la familia es la unidad”. “El amor en el matrimonio es un don de Dios que se debe cultivar con el diálogo y la ternura”. “Los hijos son quienes sufren por la separación o la falta de amor de sus padres”. “A veces es mejor separarse si un matrimonio no funciona”. “Los divorciados vueltos a casar no están excomulgados”. “La Iglesia debe dar pautas a los divorciados y separados”. Algunas de estos comentarios han ocasionado serias discusiones, pero si nos ponemos a pensar en la profundidad de ellas, el Papa tiene razón, es lo que ahora estamos viviendo y tenemos que reconocerlo, lo cual no implica aceptarlo, pero si atenderlo desde el amor de la misericordia de Dios. Un divorciado no es un leproso, es una persona que vive una circunstancia particular y que hay que acompañar y entender.    

Mateo continua en su evangelio diciendo lo que Jesús les dice: “Yo les digo: el que se divorcia de su mujer, fuera del caso de infidelidad, y se casa con otra, comete adulterio».  Los discípulos le dijeron: «Si ésa es la condición del hombre que tiene mujer, es mejor no casarse». Jesús les contestó: «No todos pueden captar lo que acaban de decir, sino aquellos que han recibido este don. Hay hombres que han nacido incapacitados para el sexo. Hay otros incapacitados, que fueron mutilados por los hombres. Hay otros todavía, que se hicieron tales por el Reino de los Cielos. ¡Entienda el que pueda!» (Mt 19, 12-14). Está última frase es contundente: ¡Entienda el que pueda! (Mt 19, 14).

El divorcio es percibido y regulado de formas diversas según las culturas e influenciado por factores como la religión, las tradiciones y las leyes civiles. Por ejemplo, en las culturas occidentales (Europa, América del norte y Oceanía), el divorcio es ya aceptado ampliamente y es visto como un derecho individual y una salida de relaciones insatisfactorias o abusivas. Sin embargo, aún puede ser estigmatizado en comunidades tradicionales o religiosas, como por ejemplo en el catolicismo, que se le considera un fracaso, aunque se permiten consideraciones de no validez del matrimonio, bajo ciertas condiciones. Algunas iglesias protestantes son más flexibles y lo ven como una solución práctica en casos necesarios.

En la cultura Islámica, el divorcio es permitido, pero regulado por la sharía (ley islámica). En la tradición suní, el hombre tiene el derecho de divorciarse mediante el talak (declaración de divorcio), pero la mujer también puede solicitarlo, aunque enfrentando mayores restricciones.

En las culturas asiáticas, como en China y Japón, tradicionalmente, el divorcio es mal visto, especialmente en sociedades confusionistas que valoraban la estabilidad familiar. Actualmente, el divorcio es común, particularmente en China, debido a cambios sociales y económicos. En Japón, aunque aceptado, puede seguir siendo estigmatizado, sobre todo entre las generaciones mayores. En países como en la India, el divorcio está fuertemente influenciado por las diferentes religiones que este país tiene. En otro capítulo hablaremos del divorcio en las diferentes culturas del mundo, como la africana y culturas indígenas de América Latina.           

Aunque el divorcio es una realidad en todas las culturas, su aceptación y regulación varían enormemente según los valores religiosos, sociales y legales de cada sociedad. En general, las culturas con mayores influencias religiosas o tradiciones patriarcales tienden a ser más restrictivas o estigmatizantes hacia el divorcio.