Para cualquier persona, el silencio consiste en la ausencia del ruido y de las palabras, pero la realidad es muy distinta.
La vida entera se encierra en una sola mirada…
El silencio de una pareja que cena a solas, puede expresar la profundidad de una comunión que no tiene necesidad de palabras; o bien, que los dos son incapaces de hablarse.
El primero es un silencio de armonía, el segundo de ruptura. Uno es expresión de riqueza, el otro de soledad. Uno manifiesta plenitud, el otro, vacío.
Estas dos manifestaciones opuestas contienen un mensaje claro: La primera expresa un “te quiero”; la segunda, que el amor ha terminado. Una utiliza miradas tiernas, luminosas, cómplices; la otra lejanas, indiferentes, tristes.
Nuestros mensajes se transmiten a través de la mirada, los gestos y el corazón. En el primer caso, con una mirada de amor; en el segundo, bajando la mirada. Una expresa el deseo de un encuentro más íntimo; la otra, la agonía de un amor, la fuga, el desaliento.
La primera es un canto gozoso a la vida; la segunda, un grito de ahogo, que desfallece. La vida entera se encierra en una sola mirada, ¿cómo es la tuya?
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