En palabras del Papa Francisco: “Hacer sínodo significa caminar juntos en la misma dirección, se trata de encontrar, escuchar y discernir”. No hace referencia a organizar eventos sino a favorecer el encuentro, pero con nosotros mismos, de abrirnos con valentía ante aquello que nos aqueja, porque algunos encuentros pueden transformarnos la vida, y el encuentro con el Padre es sin duda uno de ellos.

El segundo verbo, escuchar, hace referencia a no fingir la atención a quien se acerca buscando ser oído, sino abrir el corazón a su dolor y no juzgar, pero también a mirar hacia nuestro interior para identificar miedos y enfrentarlos, porque hoy es necesario, escuchar con el corazón sin anteponer nuestros propios prejuicios al sufrimiento del prójimo, sino acercarnos a través de las experiencias mutuas a un camino en conjunto.

Finalmente, el tercer verbo: discernir, implica dejarnos guiar por la propia luz interna, porque el sínodo es una vía de constantes cuestionamientos que a su vez nos permiten un contacto con Dios, para diferenciar entre nuestro egoísmo y el bien común para así respetar la voluntad del padre.

Debemos volver la mirada al vulnerable, retomar la idea de iglesia como una comunidad porque fue creada con este fin; y es que en un mundo cada vez más individualista y donde los valores han estado perdiendo relevancia es necesario que la comunidad continúe siendo la base de la iglesia, porque hay que reconocer que ante los momentos difíciles de la vida o cuando el miedo nos paraliza, el respaldo y apoyo de aquellos en quienes confiamos nos ayudarán a seguir adelante.

Hoy se requiere alejarnos de la idea de una jerarquía piramidal para acercarnos a una comunidad, donde cada cristiano con su misión y vocación pueda aportar al crecimiento y desarrollo social, donde los valores sean el centro de nuestro actuar, pero sobre todo, donde podamos caminar juntos, enfocados no en los defectos del prójimo sino en la forma de ayudar.

Somos un pueblo de Dios llamado a apoyarnos en los momentos más difíciles; y en una época marcada por la indiferencia, la violencia y el crimen, debemos recordar lo que mencionó el Arzobispo Primado de México, Carlos Cardenal Aguiar Retes: “Si no tenemos un tejido social fuerte es difícil generar una sinergia, sino hay sensibilidad por mi vecino, es difícil sustentar una promoción social auténtica.”

Para caminar en unidad es indispensable cuestionarnos, ¿qué hemos hecho por el prójimo?, ¿realmente escuchamos las voces de la comunidad?, ¿de qué forma hemos aportado? porque mientras la división y el egoísmo continúen será difícil que la sinodalidad se haga presente.

*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

Simón Vargas Aguilar

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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