Las crisis humanitarias en la última década han dado un giro decisivo, ya que, a pesar de los esfuerzos y los compromisos mundiales, éstas no han disminuido, sino que, tristemente, han ido en aumento mostrándonos un rostro cada vez más devastador y angustioso.
Aún recordamos las tragedias que vivieron y continúan soportando las personas que han huido de la guerra en Siria, y en 2021 la situación en Afganistán escaló a tal punto que difícilmente olvidaremos los vídeos en los cuales personas caen de aviones ante la desesperación del escape, o fotografías de niñas, niños y mujeres con los ojos repletos de miedo y desamparo ante su inminente destino.
Este 2023 el panorama se ha agravado drásticamente, de acuerdo con datos del Comité Internacional de Rescate (IRC),ONG creada por iniciativa de Albert Einstein para ayudar a las personas que se encuentren perseguidas por motivos étnicos, políticos o religiosos; publicó en diciembre del 2022 la Lista de Vigilancia de Emergencia 2023 con 20 países, los cuales representan el 81% de los desplazados forzosos y los primeros lugares son ocupados por: Somalia, Etiopía y Afganistán.
Es cierto que las crisis humanitarias son uno de los temas más complicados de abordar en el mundo, y las víctimas continúan en aumento, hoy el impacto de la pandemia de COVID-19, la crisis climática y los conflictos que ya se encontraban en curso auguraban un escenario sombrío y desolador; a ello hay que añadir la compleja situación de la Franja de Gaza, y es que la guerra entre el grupo terrorista Hamás e Israel ha dejado una devastación difícil, no solo de procesar sino también de solucionar.
Los civiles en la Franja de Gaza se encuentran con una crítica escasez alimentos, medicinas, agua y electricidad, lo más grave es que a pesar del sufrimiento y el dolor en ambos lados del conflicto, la ayuda humanitaria apenas se está concretando en la Franja, donde alrededor del 40% de la población son niños. El Papa Francisco ha pedido: “Que se respete el derecho humanitario, especialmente en Gaza, donde es urgente y necesario garantizar corredores humanitarios y socorrer a toda la población”; incluso llamó a una jornada de oración y ayuno el próximo viernes 27 de octubre.
Se debe entender que las acciones que se han tomado hasta el momento no son suficientes, y que la ayuda que hasta hoy se ha brindado a las poblaciones afectadas es escasa. Ante un mundo cada vez más violento y con serios problemas que impulsan a decisiones radicales se requiere plantear nuevas alternativas, pero sobre todo cuestionarnos completamente nuestra humanidad y amor al prójimo.
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe
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