“México enfrenta grandes desafíos que nos duelen y preocupan como: la violencia, la corrupción, las desigualdades, la polarización política, el desempleo, tantas familias que no pueden salir adelante” así comienza Mons. Rogelio Cabrera López, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano en un vídeo donde diversos integrantes de esta institución mencionan los ejes transversales que los guiarán en este 2024.
La preocupación de la CEM sobre la problemática social en nuestro país siempre ha sido patente, sin embargo, hay que reconocer que frente a la ruptura del tejido social vista el año pasado su presencia se hizo mucho más significativa, alentaron trabajos conjuntos, impulsaron voces con nuevas propuestas, pero sobre todo, abrieron los brazos y brindaron ayuda a todos aquellos que lo necesitaron.
Es por ello, que a principios de este año lanzaron un videomensaje donde mencionan que renovaran su compromiso para trabajar bajo la directriz del Proyecto Global de Pastoral 2031-2033; además, se enfocarán en líneas pastorales como: La consolidación de una cultura de paz, a través de iniciativas concretas como el Compromiso Nacional por la Paz que busca trabajar con sectores de toda la sociedad mexicana, 2) el fortalecimiento de procesos sinodales en las comunidades y diócesis, 3) la promoción de la cultura vocacional y ministerial, 4) El acompañamiento cercano a las familias y a la vida naciente, 5) la atención humanitaria y espiritual a las personas migrantes y 6) el llamado al discipulado de adolescente y jóvenes.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos la polarización, la violencia y la inseguridad continúan en incremento, a pesar de las iniciativas y las propuestas el tejido social continúa rompiéndose, incluso a pesar de que se ha reconocido a la familia como un eje clave para el desarrollo de los países ésta día con día presenta más problemas y desafíos.
Es cierto que el panorama actual, no sólo en México sino en otras partes del mundo, es incierto y complejo, es por ello que los integrantes del Consejo del Episcopado Mexicano nos invitan a no quedarnos de brazos cruzados, y sobre todo a inspirarnos en la encíclica del Papa Francisco Fratelli Tutti la cual nos invita a plantearnos dos escenarios quizá aparentemente sencillos: seguir de largo o detenernos.
Es necesario que ante un nuevo año no olvidemos que Dios es amor universal, y en tanto ser parte de ese amor y compartirlo estamos llamados a la fraternidad universal, que es apertura, lo que convencido estoy nos permitirá construir una verdadera paz social, fundamentada en el amor al prójimo.
*Simón Vargas es analista en temas de Religión, Seguridad, Justicia, Política y Educación.
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