El pasado 07 de octubre, con motivo de la fiesta de San Miguel Arcángel, patrono y protector de la Policía del Estado italiano y del Cuerpo de la Gendarmería Vaticana, que se celebra el 29 de septiembre, el Santo Padre aseveró: “El Señor nos ha plantado a todos como sarmientos de una viña buena, pero el enemigo siempre viene a arruinarnos. Esta es la lucha de cada día: la tuya, la mía y la de todos nosotros. Quien no lucha no es cristiano, quien no sufre la tentación no es cristiano”.

Es cierto que las fuerzas de seguridad son de vital importancia para nuestra vida cotidiana, son ellos a quienes recurrimos ante emergencias y quienes deberían representar un símbolo de protección, sin embargo, desafortunadamente la distancia entre las instituciones policiales y la sociedad es cada vez mayor, pareciera que ahora son a ellos a los que tememos y su presencia en muchas ocasiones se asocia más a un sentimiento de preocupación que de tranquilidad.

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Es por ello que las palabras de su Santidad nos recuerdan que la lucha contra el mal no solo les corresponde, requieren ayuda y eso nos involucra: en el núcleo familiar debemos centrarnos en la educación basada en valores, donde el diálogo honesto y responsable, así como la escucha activa sean ejes centrales de la comunicación, en cuanto a la escuela los docentes tienen la tarea de formar ciudadanos involucrados con el bienestar social y el desarrollo humano, solo por citar dos ejemplos, por supuesto a ellos hay que sumar las diferentes esferas de la vida cotidiana.

Con el paso de los años ha quedado claro que es necesario trabajar en un sistema de prevención y no de reacción, en el cual tanto las instituciones como los individuos centren su participación en lo multifactorial de las causas de la violencia, y por supuesto impulsar el desarrollo de políticas públicas que aborden la compleja situación de la reinserción social.

Es cierto, “la batalla se libra día a día” ya no podemos continuar indiferentes ante el dolor de nuestro prójimo, como ejemplo tenemos el sufrimiento que el denominado grupo terrorista Hamás ha causado en los últimos días contra el pueblo Israelita y de otras nacionalidades, entre otros mexicanos; vivimos momentos inciertos y la muerte de cientos de civiles es una clara muestra del rostro atroz de los enfrentamientos.



Ante un panorama cada vez más complicado y donde la violencia y los conflictos parecen ganar terreno, es imprescindible que entendamos que si todos sumamos lo imposible se puede convertir en viable y el sueño donde el mal es vencido y por fin reina la paz puede acercarse a una realidad.

*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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Simón Vargas Aguilar

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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