Para un servidor se ha hecho tradición que la última semana del 2023 destine este espacio para mencionar algunos de los eventos que nos marcaron significativamente, es evidente que hay claroscuros y las decisiones políticas, económicas y sociales nos han llevado a momentos complicados, por ejemplo en febrero se cumplió un año de la artera invasión de Rusia a Ucrania, lo cual ha dejado cifras alarmantes, ya que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas hay 5 millones de desplazados internos y alrededor de 8 millones de personas refugiadas.

Pareciera que a pesar del esfuerzo invertido en alcanzar la paz aún no aprendemos de los errores, y no sólo se continúa con la guerra antes mencionada, sino que además el 6 de octubre, la seguridad de Israel se vio severamente vulnerada ya que el grupo radical palestino Hamas realizó un cobarde ataque masivo y coordinado con al menos 2 mil 500 cohetes e incursiones, además de tomar a varios rehenes de distintas nacionalidades.

El intercambio de ataques entre Israel y Hamas ha provocado una crisis humanitaria que no se había visto en décadas, las fotografías de miles de niños destrozados por el fuego cruzado y de padres y madres buscando desesperadamente una salida y ayuda han dado la vuelta al mundo; y nos ha recordado el enorme camino que aún nos queda por recorrer para que el amor al prójimo guíe nuestro actuar.

Afortunadamente, no todo es malo y después de tres años de batalla el pasado 5 de mayo la Organización Mundial de la Salud declaró el fin de la pandemia provocada por el COVID-19, y aunque aclararon que no ha dejado de ser una amenaza, sí nos brinda un respiro para reunir fuerzas y continuar trabajando para disminuir este tipo de crisis.

Para la gran mayoría concluir un año más conlleva a cuestionarnos nuestras acciones, ¿fui buen esposo, padre o hijo?, ¿di lo mejor de mí?, ¿pude haber hecho más?, ¿realmente le demostré a la gente el amor que le tengo?, y aunque las respuestas pudieran indicarnos que aún nos queda un amplio recorrido; el simple hecho de realizarlas ya nos motiva a intentar mejorar.       

Ha sido un año lleno de retos, que ha puesto a prueba nuestra fe, compasión y empatía, los problemas de violencia, inseguridad y migración nos aquejan; hoy quizá más que nunca es necesario ver el futuro como una oportunidad imperdible, como una posibilidad de cambiar aquello que hemos hecho mal.

Hoy los insto a tomarnos un tiempo para que reflexionemos sobre algunos puntos, ya no podemos continuar actuando bajo la misma línea que hasta ahora, hay que replantearnos nuestra realidad y se requiere no tardar más.

¡Feliz y próspero año nuevo 2024!

*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación. *Si deseas recibir mis columnas en tu correo electrónico, te puedes suscribir a mi lista en el siguiente vínculo: http://eepurl.com/Ufj3n

Simón Vargas Aguilar

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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