En muchas ocasiones no nos damos cuenta de cuanto necesitamos al prójimo, la vida nos ha enseñado que la autosuficiencia es un bien preciado, sin embargo, con el paso del tiempo descubrimos que el prójimo es necesario, que todos necesitamos de alguien que nos ayude.

Hoy nuestra realidad nos exige alejarnos de la comodidad y del propio aislamiento, para de alguna manera inspirarnos en la vocación de servicio y juntos hacerles frente a las injusticias, al dolor, a los problemas sociales y a los servicios públicos y privados.

Es complejo, pero ante un mundo cada vez más complicado, lleno de violencia y agresiones debemos entender que servir es convertirnos en lideres eficaces y comprometidos, que combinen audacia, respeto y honestidad con una buena comunicación, porque hoy más que nunca la reorganización social y política nos exige que reformulemos nuestro compromiso y nos enfoquemos en la solidaridad y en una verdadera vocación de servicio.

No solo debemos preocuparnos, tenemos que ocuparnos; trabajar en una voluntad férrea, tener una rectitud a toda prueba, una bondad provista de sensatez y una serenidad imperturbable, pero sobre todo, anteponer los intereses del bienestar social por encima de todo lo demás.

Es probable que cuando pensamos en vocación rememoremos todas aquellas ideas que nos inculcaron de niños, pero no solo se trata de la aspiración o profesión que queramos llevar a cabo, sino que ésta sea realizada con amor, enfocándonos en buscar el bienestar social, incluyendo en nuestro trato la amabilidad y la gentileza porque esto hace una diferencia sustancial. 

A veces no comprendemos que todos estamos para servir, que no se trata de el trabajo en el que nos desempeñamos sino de la manera en que lo hacemos, la vocación de servicio se trata de saber que hay una persona delante de ti esperando un poco de reciprocidad y empatía.

Con el tiempo hemos creído que el servicio al prójimo se trata de subordinación, pero en realidad se trata de reconocimiento, de saber que hay alguien para ti, que hay alguien presente, con todo lo que el significado de esta palabra implica.

La vocación se trata de entender que a veces eres quien provee, pero también eres quien recibe y que ambas tienen que ser con amor, porque todos servimos de alguna manera, por eso se debe entender que la vocación es querer a tu prójimo y hacer que lo que quieres que hagan por ti, con ese compromiso de ser una persona que entiende que el amor al prójimo tiene que estar presente. Porque recordemos que el propio Jesucristo mencionó que no vino para ser servido, sino para servir.

*El autor es analista en temas de Religión, Seguridad, Justicia, Política y Educación.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

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Simón Vargas Aguilar

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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