Del 28 de abril al 2 de mayo se llevó a cabo la CXVIII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, este ejercicio le permitió a nuestros Obispos discernir y analizar cuáles son los desafíos que enfrenta nuestra iglesia y en general la sociedad en México.

Algunos de los temas más urgentes fueron la familia, la reconciliación y la importancia de trabajar en un incremento de la cultura de paz y es que a pesar de los esfuerzos en materia de seguridad la violencia no cesa y continúa impactando a innumerables mexicanos.

Sin embargo, nos invitaron a que ante un panorama poco alentador, y aprovechando el contexto del año santo jubilar, nos convirtamos en signos de esperanza, comenzando por poner atención a todo lo bueno que hay en nuestro país para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia. Como bien diría su Santidad el Papa Francisco no se dejen robar la esperanza.

Muchos son los desafíos y aún quedan demasiados frentes abiertos, lamentablemente el miedo ha permeado en nuestra sociedad y no denunciar las injusticias se ha hecho común, la indiferencia se ha apoderado de muchos de nosotros y en ocasiones hemos dejado de caminar juntos, en sinodalidad, hacia la reconciliación y la verdadera justicia.

La CXVIII Asamblea Plenaria permitió identificar que uno de los puntos más importantes tiene que ver con la grave crisis que atraviesa la familia ya que de acuerdo con los Obispos es atacada por varios frentes como ciertas ideologías avaladas incluso por diversas leyes y ordenamientos, la violencia, las políticas migratorias, la inseguridad, la violencia intrafamiliar; es por ello que hoy más que nunca es necesario trabajar en la reconstrucción de la fraternidad, y es que no podemos negar que nuestro hogar es el lugar donde aprendemos a escuchar, a confiar, a amar, pero sobre todo a perdonar.

México continúa siendo un país profundamente lastimado, pero no podemos acostumbrarnos a este dolor mencionó Mons. Ramón Castro Castro, Presidente de la Conferencia del Episcopado de México, por lo que es necesario que se renueve con fuerza el compromiso con la Agenda Nacional de Paz, aunque es innegable que el camino de la no violencia empieza en el hogar también es necesario del apoyo de estructuras públicas sólidas.

El mensaje culmina con una emotiva referencia a la partida del Papa Francisco y nos invita a orar pidiendo la luz del espíritu santo sobre los Cardenales quienes mañana inician el complejo procedimiento para elegir al sucesor de Pedro; y es que no podemos perder de vista que el Cónclave comienza este 7 de mayo, y del que además estaremos pendientes millones de católicos alrededor del mundo.

La iglesia vivirá momentos decisivos en los próximos días, sin embargo, de lo que estamos convencidos es que su constante búsqueda de unidad, resiliencia y esperanza no ha cejado y continuará su labor en pos de la reconstrucción del tejido social y la tan anhelada paz.

Simón Vargas Aguilar

Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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