Invocada por San Juan Bosco en una Italia convulsa por los conflictos políticos y sociales del siglo XIX, a María Auxiliadora le rezaban también quienes se sabían impotentes ante la violencia y el poder arbitrario.
La Virgen, celebrada cada 24 de mayo, es la presencia materna que ofrece esperanza e inspira resistencia desde la ternura. Símbolo clerical de las mujeres promotoras de la paz y armonía.

Esta conmemoración religiosa dialoga de modo profundo con otra efeméride: el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, establecida el 24 de mayo de 1982 y promovida por grupos feministas pacifistas, en especial de Europa, como respuesta a la creciente carrera armamentista y al despliegue de armas nucleares en plena Guerra Fría.

Búsqueda de paz desde lo espiritual, lo simbólico y también en lo terrenal.

La participación femenina en procesos de paz ha demostrado tener un impacto real, donde las mujeres intervienen hay más diálogo, un margen mayor de conciliación y reduce la posibilidad de incurrir a métodos violentos.

Desde la Ciudad de México, por ejemplo, el programa Sí al Desarme, Sí a la Paz ha mostrado una realidad elocuente: aproximadamente el 60 por ciento quienes acuden al canje de armas son mujeres. Este dato condensa un fenómeno sociológico de enorme profundidad: ellas rechazan la lógica de las armas como garante de seguridad en el hogar, protegen su entorno de la tentación de la violencia y ayudan a prevenir incidentes o accidentes.

En ese acto hay compromiso cívico, ético y político: elegir la vida sobre la amenaza, la prevención sobre la revancha, la comunidad sobre la lógica del miedo.

Esta participación no se debe a una supuesta “naturaleza pacífica” de las mujeres —una idea estereotipada que las encierra en roles de pasividad—, sino a una conciencia histórica y social. Donde la respuesta tradicional ha sido más armas para enfrentar al crimen, ellas han dicho más educación, diálogo y presencia comunitaria. La política pública de la Presidenta Claudia Sheinbaum y la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, es ejemplo.

Este 24 de mayo no es solo un día de conmemoración piadosa o de activismo, es una fecha que llama a articular lo espiritual y lo político, lo simbólico y lo estructural. María Auxiliadora es inspiración para actuar, para desarmar los hogares y las calles.

Hoy, las mujeres son promotoras de paz.

Salvador Guerrero Chiprés

Coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5 CDMX).

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