San Edilberto de Kent, quien en el siglo VI fundó la Iglesia de San Pedro y San Pablo en Canterbury, contribuyó de manera importante a la expansión del cristianismo y de sus valores familiares y de solidaridad.
Su nombre lleva a pensar en personas solidarias con las causas de la comunidad. De esa misma manera es recordado Don Edilberto Huesca Perrotín, presidente y director general de NRM Comunicaciones, fallecido este miércoles.
La descripción de quienes estuvieron cerca de él revela a un hombre inquieto, con alma incansable y en constante aprendizaje.
Llegó a la radio, como él mismo lo decía, por casualidad, con la necesidad de trabajar para contribuir con el gasto familiar. Y se convirtió en una fuente de conocimiento por donde transitó la historia de este medio de comunicación.
Nacido en 1936 en Perote, Veracruz, fue un firme defensor de los valores familiares como de las causas sociales y el bienestar de quienes trabajaban con él. Se daba tiempo para recorrer cabinas y escritorios, saludar y preguntar por la salud y la familia de cada uno.
Así como San Edilberto, quien fuera rey de Kent, es recordado por su reputación de gobernante justo y piadoso, con las debidas distancias, Huesca Perrotín era apreciado por quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo.
De su generosidad y compromiso con el bienestar de la ciudadanía fue beneficiario el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, al vincular sus causas con los espacios informativos de NRM.
Recuerdo la emoción con la cual definía a la radio como una aliada incondicional de las y los ciudadanos, capaz de proporcionar información, entretenimiento y comunicación con el mundo. “El hábitat natural de la imaginación”, decía.
Todavía la semana pasada fue a trabajar, convencido a sus 88 años de esa pasión surgida en 1962 cuando comenzó su carrera radiofónica en el área de ventas. Su romance de 62 años con su trabajo solo fue superado en enamoramiento por los 60 años de casado, interrumpidos el pasado 8 de julio cuando falleció su esposa Rosalinda —“mi prietita adorada” como se despidió de ella entonces—, y la familia que formó junto a sus hijos Humberto, Germán y Mauricio. Solo 23 días de diferencia separaron a la pareja.
Su matrimonio fue ejemplo de vínculo indisoluble, físico y espiritual, del impulso a los valores familiares fundamentales en la formación de individuos y sociedades justas, igualitarias, solidarias, sustentadas en el amor, respeto, honestidad y responsabilidad.
Elegido desde 2003 por la revista Líderes como una de las 300 personalidades más influyentes del país, hace dos años recibió en el Senado un reconocimiento por los 80 años de NRM y en mayo pasado la medalla de honor al mérito empresarial AICO 2024 entregada por la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio e Industria y la Cámara de Comercio Servicios y Turismo de la Ciudad de México.
Nos unimos a la pena de la familia, amistades y de sus compañeras y compañeros de NRM, a quienes abrazamos. Descanse en paz Don Edilberto.
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