En la construcción de la paz es fundamental la integración ciudadana y del clero a programas sociales como Sí al Desarme Sí a la Paz, donde Iglesia, autoridades civiles y militares, así como organismos ciudadanos han participado con la convicción de fortalecer la seguridad a partir de sacar las armas de las casas.
¿Cómo llegaron a los hogares? Esa es una pregunta que no busca atender el programa, el cual recibe armas de propietarios anónimos. La estrategia busca recompensar el interés personal, familiar, por desarmarse.
Este ha sido un elemento central en la política de seguridad ciudadana instrumentada en la Ciudad de México por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum, la cual contribuyó a una disminución de 57 por ciento en las lesiones dolosas por disparo de arma de fuego y en 42 por ciento los homicidios dolosos, entre 2018 y 2024.
Sí al Desarme Sí a la Paz inició la semana pasada su etapa a nivel nacional, desde la Basílica de Guadalupe. Fundamental el respaldo del Rector Monseñor Efraín Hernández Díaz, en convergencia con la disposición política de la Jefa de Gobierno de la capital nacional, Clara Brugada, y de los titulares de la Secretaría de Gobierno y de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez y Omar García Harfuch.
La paz es un espacio ciudadano que se construye en colaboración y coordinación, un acuerdo por el bien común, desde lo comunitario hasta lo político, donde la voz comprometida territorial y socialmente de la Iglesia debe ser atendida de manera permanente, con sensibilidad y visión de Estado.
La Iglesia es fuente de construcción de comunidad, contribuyente de un sentido de respeto y de una noción trascendente en la cual coinciden millones de visiones individuales sobre la situación del país.
En ese proceso de securitización, la mejor arma no es la que se destruye materialmente, sino la que se construye simbólicamente, y esa es la participación ciudadana a través de instrumentos para avanzar en seguridad pública.
El programa de probada eficacia en la capital nacional busca concientizar a la población sobre el riesgo de tener armas de fuego en los hogares e invitar a entregarlas de manera voluntaria y anónima.
En la histórica encíclica “Pacem in terris” emitida en 1963, el Papa Juan XXIII definió cuatro valores centrales para la convivencia sin conflictos: verdad, justicia, amor y libertad. Esa es la ruta para la paz en la tierra.
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*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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