Imaginar el momento es fácil: el hombre enseña con paciencia el oficio de carpintero a su hijo; ambos forman parte de una de las familias más importantes para el catolicismo y son ejemplo de compartir tiempo de calidad y disposición paterna para una crianza positiva.
A dos milenios de distancia, la relación de José con su hijo Jesús nos permite crear un retrato mental de un buen padre, ocupado en educar, basado en la cercanía, compasión y ternura, en definir límites con las y los hijos para alcanzar una cultura de la paz.
El pasado 1 de junio, ante las celebraciones por el Día Mundial de los Padres —que en México se festeja este domingo—, el Papa Francisco pidió a los padres no caer en el agotamiento y buscar siempre la fuerza para transmitir la fe.
El valor de los padres en la vida cotidiana representa ser partícipes del cuidado diario, crianza y estimulación; ser responsables de acompañar en actividades como alimentar, vestir, pasear, bañar o enseñar a las y los hijos.
Hace unos días, con un grupo de amigas y amigos recordábamos a nuestros padres, motivados por la cercanía del festejo. Cada anécdota estuvo llena de emotividad, como la de uno de ellos quien, a los 8 años, durante un paseo junto a un lago resbaló y cayó al agua; su padre, aunque no sabía nadar, no lo dudó, se arrojó al agua a salvar a su hijo.
Así son, somos. Siempre dispuestos por ellas o ellos.
Una de nuestras amigas nos hizo reflexionar sobre las necesidades de apoyo emocional de quienes creemos incapaces de sufrir. En ese momento, cuando era una niña, no lo supo, hasta años después: por las noches, cuando la familia estaba dormida, su padre se acomodaba en un sillón y sollozaba, pedía ayuda a Dios.
La niña entonces desconocía que el hombre había perdido su trabajo. Se enteró ya de adolescente.
Ahora sabemos que los padres también necesitan apoyo psicológico, pues el agotamiento emocional es normal.
En el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México, entre 2020 y mayo de este año, hemos brindado orientación psicológica a casi 4 mil papás, a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, 55 5533 5533.
Las principales razones son problemas familiares, maltrato infantil y el manejo de emociones.
Los padres son llamados a ser líderes en la familia, pero no de manera autoritaria, sino como guías amorosos que inspiran a sus hijas e hijos a crecer y desarrollarse plenamente, como lo mencionó el pontífice Francisco.
Correo:salvadorg@consejociudadanomx.org
Twitter:@guerrerochipres
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