La Cuaresma es el momento ideal para procurar bienestar individual, familiar, vecinal y social, junto con las manifestaciones de nuestra fe.

Este periodo de 40 días es el momento para reconectar con la parte más sencilla y humilde de las personas, la que mueve a la empatía y a realizar acciones benéficas.

Es un tiempo de decisiones comunitarias, pequeñas y grandes, capaces de cambiar la vida, desde el cuidado de la salud emocional hasta la caridad ante las y los más vulnerables.

Podemos reflexionar sobre aquello por hacer para mejorar nuestro entorno y trazar una ruta de bondad y bienestar con diferentes acciones.

En lo individual, el cuidado de la salud emocional es la base para relaciones sanas con la familia y quienes nos rodean. Dormir el tiempo adecuado, realizar ejercicio o actividades placenteras, ya sea leer, ir al cine, ver una serie o escuchar música, entre varias más, así como de socialización —visitar a familiares o amistades— ayudan al equilibrio del estaod de ánimo.

En esa ruta podemos continuar con la familia, con momentos de plática que fortalezcan la confianza y comunicación, con salidas juntos —no tienen que ser necesariamente periodos largos vacacionales— o en el acompañamiento a las y los más pequeños, por ejemplo, en su recorrido por el espacio digital.

Impulsar la ciberprevención, con medidas como evitar contacto con desconocidos o no compartir datos personales ni imágenes íntimas son útiles para las y los menores de edad.

Modificar conductas que pueden resultar molestas a los vecinos —el ruido excesivo, un auto mal estacionado o pasear sin sujeción al animal de compañía—, así como crear redes de apoyo en seguridad o para personas adultas mayores ayuda a tener vínculos sanos.

Azucena y su familia lo saben. Por eso, cada Cuaresma diseñan su ruta, en la cual durante 40 días realizan una acción diferente para ayudar a quienes están cerca. Llevan comida y ropa a personas en situación de calle, mantienen limpia la acera o rescatan animales, principalmente perros, para llevarlos a albergues y que puedan encontrar hogar.

Como sociedad, impulsar la cultura de la denuncia, —noción que desde el Consejo Ciudadano de la Ciudad de México respaldamos con atención jurídica o psicológica gratuita, 24/7, a través de la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533— por medio de reportes sobre conductas irregulares o ilegales favorece espacios más seguros.

No se trata de crear situaciones extraordinarias, sino de ofrecer apoyo en circunstancias cotidianas.

Esa es la ruta de la bondad y el bienestar.

Salvador Guerrero Chiprés

Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

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Salvador Guerrero Chiprés

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