Historias ciudadanas

Campanarios y cámaras, baluartes del cuidado

Las torres de las iglesias siempre han sido baluartes del cuidado. Desde el campanario se alertaba a la comunidad acerca de posibles amenazas, y también se anunciaban nacimientos, bodas, liturgias. El sonido de las campanas es protección y memoria: un recordatorio de la defensa de la vida en común.

Esa forma de administrar el cuidado define el tipo de comunidad a la que se aspira. No se trata sólo de vigilar, sino de sostener lo íntimo en lo colectivo y de convertir la fe en un signo de encuentro seguro. En ese mismo orden de símbolos, los templos religiosos encarnan un código donde la espiritualidad se entrelaza con la vida social.

La Ciudad de México reconoce que el cuidado del espacio público no puede separarse del resguardo de los espacios de fe. El programa Ojos que Te Cuidan, puesto en marcha esta semana por la Jefa de Gobierno Clara Brugada, representa un paso histórico: 15 mil 200 nuevos tótems, equipados con 30 mil 400 cámaras de videovigilancia, distribuidos estratégicamente para proteger no sólo calles y avenidas, también aquellos lugares donde la comunidad se reúne para orar, sanar y reconstruirse.

Un análisis territorial del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) ubicó 559 templos en la capital. En el entorno inmediato de 322 de ellos —en un radio de 100 metros— se instalarán 473 tótems. Se trata de una acción concreta que entiende que las iglesias no son únicamente patrimonio cultural ni edificios históricos: son refugios espirituales que, en momentos de emergencia, también han sido refugios físicos.

Proteger los templos no es sólo asegurar paredes y atrios, es garantizar que cada persona pueda ejercer su fe con libertad y confianza. La seguridad en las iglesias es también seguridad en mercados, escuelas, hospitales; todos son lugares donde la vida se cuida y fortalece.

La madurez de un gobierno democrático radica en entender que el derecho a la seguridad es inseparable del derecho a la libertad religiosa. Custodiar a la ciudadanía significa también proteger sus símbolos, celebraciones, espacios de encuentro espiritual.

La ciudad cuidadora de sí misma no es la que más vigila, sino la que decide mirar con responsabilidad. Ojos que Te Cuidan no se reduce a la multiplicación de dispositivos; es un reconocimiento de que la seguridad debe ser un elemento central de la vida cotidiana. Allí donde la fe se vuelve un acto íntimo y comunitario, habrá también una cámara encendida que acompaña, no para reemplazar a la confianza, sino para sostenerla.

Salvador Guerrero Chiprés

Coordinador del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5 CDMX).

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