Los temas transversales en la Encíclica Laudato Si’ muestran con claridad la interrelación de los temas de ecología con lo humano, entre otros: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, el valor propio de cada criatura y lo hace desde la complejidad. Deja claro que “no hay dos crisis, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socioambiental” (LS139) que demanda respuestas integrales que inciten a la acción.
El Papa Francisco propone una Ecología Integral que incluye lo ambiental, lo social, lo político y también lo cultural, lo espiritual y lo religioso, además de una gran apertura al diálogo entre ciencia y fe, entendiendo “ciencia” como todas las disciplinas que aportan a la comprensión de este complejo mundo de relaciones llamado Tierra, donde también las religiones, espiritualidades y sabidurías ancestrales tienen mucho que aportar. (LS 62)
Ver a la Tierra como nuestra “casa común” es entender al ser humano como parte de este super-organismo vivo y autorregulado con el fin de mantener la vida. Pero esta maravilla de la Creación, no la percibe más el ser humano, da por hecho que todo el daño que infringe a la Tierra, ésta lo va a superar y no es así porque se ha sobreexplotado la naturaleza sin responsabilidad agotando la tierra, dañando los ecosistemas, contaminando el aire y el agua.
El ser humano olvida que tiene una gran responsabilidad moral frente a toda la Creación, como administrador, que, si bien puede tomar de la Tierra lo que necesita para su supervivencia, también tiene el deber de protegerla y dejarla en buenas condiciones para la vida de las siguientes generaciones. Esto implica un gran cambio en la catequesis que modifique la comprensión del ser humano como parte de esta complejidad llamada vida, con una visión basada en la pluralidad y diversidad de formas de vida y su interrelacionalidad y así poder vivir todos y cada uno en un lugar digno.
Es necesario releer los textos bíblicos en el contexto actual, con una hermenéutica adecuada a la realidad que nos invite a cuidar, proteger, preservar la naturaleza y nos convoque a tener una relación de reciprocidad entre el ser humano y la naturaleza. Porque no basta la salvación de la persona humana, hay que abrirnos para la salvación de toda la Creación, ya que como dice el Génesis “…y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.”
Para IMDOSOC son motivo de esperanza las alegres expresiones artísticas de los jóvenes sobre la vida y la interrelación que la posibilita ya que motivan al cambio de paradigma, nos recuerdan que somos naturaleza y que, si bien somos parte del problema, también lo somos de la solución. Por ello, en conjunto con la Arquidiócesis e Iniciativa Climática de México hemos constituido una red para poder articular mejor el trabajo que hacemos como creyentes en nuestra arquidiócesis.
¡Entérate de lo que hacemos como red dando click aquí! ¿Nos compartes lo que haces en favor de nuestra casa común?
Rosario Alfaro
Comisión de Ecología Integral, IMDOSOC.
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