Fe y bien común

La Iglesia es Una, Santa, Católica, Apostólica… ¿Y ecológica?

Aunque estar comprometido con el cuidado de la creación es parte esencial de la vocación de todo creyente, muchas veces no se ve muy clara esta relación. Por ello, es importante promover una auténtica conversión ecológica que nos reconcilie, como creaturas que somos, con el resto de la creación y con el Creador mismo. Pues, en el principio, Dios encomendó su creación al género humano (Gn 1, 26-31) y al final de los tiempos, nos pedirá cuentas de todo lo que hayamos hecho. (Qo 12, 14; Rom 14, 12).

¿Qué le vamos a decir cuando nos cuestione por nuestras acciones que destruyen su creación, impidiendo que ésta le alabe constantemente? (Sal 148; Ap 5, 13) ¿Qué le vamos a decir cuando nos cuestione por el sufrimiento (Mt 25, 31-46) de quienes más se ven afectados por los desastres naturales (cada vez más frecuentes), la contaminación y la escasez de recursos?

En este sentido, San Juan Pablo II denunció la gravedad de la cuestión ecológica provocada por el ser humano que, en vez de desempeñar su papel de colaborador de Dios en la obra de la creación, la tiraniza y la destruye irracionalmente. (CA, 37-38; SRS, 34) Por su parte, Benedicto XVI nos recordó (CV, 48-52) que la naturaleza es un don que nos habla del Creador (Rm 1,20) y de su amor a la humanidad y que, con nosotros, está destinada a encontrar la «plenitud» en Cristo al final de los tiempos (Ef 1,9-10; Col 1,19-20).

El compromiso de la Iglesia con la creación también se visibiliza en las múltiples redes eclesiales que han surgido en torno a la preocupación por los biomas, donde el clamor de la tierra se une al clamor de los pobres.

En esta Arquidiócesis Primada de México recientemente se creó la Red Laudato Si´ que surgió por un proyecto conjunto entre IMDOSOC, Iniciativa Climática de México y la comisión de ecología integral de nuestra Arquidiócesis con el objetivo de fortalecer la pastoral ecológica arquidiocesana. Particularmente, buscamos sumar a las acciones de la REMAM articulando los esfuerzos de cuidado de la creación en nuestro territorio urbano.

Así, el semestre pasado aplicamos una encuesta de cuidado medioambiental con la finalidad de conocer iniciativas y actividades vinculadas con el cuidado de nuestra casa común, los problemas que más afectan nuestro entorno urbano y las acciones colectivas o individuales que se han tomado para hacerles frente y logramos recuperar cerca de 700 respuestas.

El conocerlas nos permitirá saber cómo apoyar y articular de mejor manera los esfuerzos que se realizan en la Ciudad de México. En lo que resta del año seguiremos trabajando en el gran reto de la articulación de acciones, al mismo tiempo que intentaremos contribuir a su formación y difusión.

¿Y tú ya conocías estos esfuerzos de la Iglesia por el cuidado de la creación, nuestra casa común?

David Vilchis Carrillo

David Vilchis Carrillo, responsable de investigación del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC)

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