Gobernantes malos

Jaime Septién

Uno de los grandes traductores de la biblia, especialmente del Antiguo Testamento, es el jesuita Luis Alonso Schökel. Entre sus muchas obras, está “100 máximas bíblicas sobre familia y sociedad”. En este pequeño texto, Schökel toma un trozo, principalmente del AT, lo traduce, hace un comentario breve y deja al lector la tarea de volver a la Biblia para profundizar en busca del contexto. Una excelente
forma de “engancharnos” a la Palabra de Dios.

Quiero comentar el número 43: Gobernantes malos, ya que estamos rodeados de una ingente caterva de malandrines con poder. Primero, un texto de Isaías (1,23):

Sus jefes son bandidos, socios de ladrones, amigos de sobornos, en busca de regalos.

Viene el comentario de Schökel: “Hoy diríamos aliados de mafias diversas y exigiendo concesiones. A estos los declara el Señor ‘sus enemigos y adversarios’”..

En el libro de la Sabiduría (6, 4-6) se enfrenta a los gobernantes con su responsabilidad ante Dios:

Siendo ministros de su reino,
No gobernaron con justicia.
A los poderosos les aguarda
Un control riguroso.

Qué diferente sería si los gobernantes fueran buenos, supieran trabajar por el bien común, entendieran que están de paso, que ellos van a terminar y la sociedad –si Trump y Putin no deciden lo contrario—va
a seguir. No se les pide gran cosa: Gobernante prudente educa a su pueblo.

A tal gobernante tales ministros,
A tal alcalde tales vecinos.

¡Ay, pero qué lejos andamos de esa prudencia y qué cerca de la injusticia que todo lo carcome con sus fauces odiosas de poder! El día que los gobernantes entiendan que no deben tratar con la maldad, todo cambiaría. También nosotros.