Cultura Bíblica

¿Qué significa seguir a Jesús? Esto enseñó a sus discípulos

Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 51-62

Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo, Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén.

Envió mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibido, porque supieron que iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron: “Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con ellos?”. Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se fueron a otra aldea. Mientras iban de camino, alguien le dijo a Jesús: “Te seguiré a dondequiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar la cabeza”.

A otro, Jesús le dijo: “Sígueme”. Pero él le respondió: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre”. Jesús le replicó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia”. Jesús le contestó: “El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. Palabra del Señor.

 

Cultura Bíblica

¿Existe alguna relación entre la reacción de los discípulos de Jesús y los tres intentos fallidos de seguimiento que se narran en el Evangelio?

El pasaje que leemos este domingo nos ubica explícitamente en la subida de nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén. Esta etapa es distinta al primer ciclo de actividades evangelizadoras del Señor en los pueblos de Galilea. Esta etapa abarca según la Biblia de Jerusalén desde este pasaje hasta el momento que estuvo a las puertas de la ciudad (Lc 19,27).

Algo muy característico de esta etapa de subida es cómo Jesús se dedicó a educar a sus discípulos para que transformaran sus criterios meramente mundanos por criterios según el evangelio, es decir, según Dios.

Lo que nosotros tenemos el día de hoy son cuatro ejemplos de corrección que hace Jesús.

Primera corrección: Nunca hizo señales destructivas

El primer ejemplo es ya con los que eran sus discípulos desde hace tiempo.

Si nosotros observamos el ministerio de Jesús desde sus inicios en Galilea, nunca hizo señales destructivas. Sanó enfermos, perdonó pecadores, liberó endemoniados, calmó tempestades, multiplicó panes y pescados. Pero, hacer bajar fuego del cielo era totalmente en contra de la lógica del evangelio. Los discípulos no lo veían así, más bien pensaban que conforme se acercaran a Jerusalén no les vendrían mal algunas señales que infundieran temor a los rebeldes. Los otros tres ejemplos son muy cercanos entre sí, porque tienen como actores a personas que apenas pensaban iniciar el seguimiento.

Segunda corrección: Es seguir a la persona de Jesús

El primero de ellos es corregido porque tiene como punto de referencia del seguimiento no la persona de Jesús, sino el “lugar a donde vaya”. El criterio para seguir a Jesús no radica en su estatus social, ni en sitio que ocupa, es su persona en sentido estricto.

Tercer corrección: Lo fundamental es cumplir la voluntad de Dios

Al segundo actor, Jesús lo corrige para que tenga como criterio fundamental cumplir la voluntad de Dios que obligaciones impuestas por uno mismo.

Cuarta corrección: No retrasar el llamado

El tercero es descalificado por retrasar la respuesta al llamado sin necesidad, el último ejemplo tiene cierta cercanía con la vocación de Eliseo por parte de Elías (1Re 19,19-21). Pues el primero respondió a Elías, “tan solo deja despedirme de mis padres y te seguiré”.

Curiosamente también tiene que ver el arado, pues Eliseo se encontraba arando, una vez sacrificados los animales y destruido el arado que sirvió para asar la carne Eliseo se despidió definitivamente de su familia. A propósito de la relación del primer relato con los otros tres solamente coinciden en presentarnos acciones o palabras fallidas que el Señor Jesús corrigió.

Más del autor: Betania y la Ascensión del Señor

Mons. Salvador Martínez

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