En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le contestó: “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?”
Pilato le respondió: “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?” Jesús le contestó: “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí”.
Pilato le dijo: “¿Conque tú eres rey?” Jesús le contestó: “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
San Juan recurre a la ironía en varias ocasiones. Muchas veces se manifiesta en que Jesús está hablando de una realidad trascendente y las personas están entendiendo su discurso como totalmente mundano.
Dos ejemplos de esto son el encuentro con la mujer samaritana (Jn 4,1-15), en el cual la palabra ‘agua’ tiene un significado mundano para la mujer y simbólico para Jesús.
Como segundo ejemplo, podemos citar el discurso del pan de vida (Jn 6,59-63) donde Jesús habla de comer su cuerpo y su sangre en sentido espiritual y los oyentes se escandalizan porque lo entendían en sentido material.
En otras ocasiones, la ironía consiste en que alguien profetice sin saberlo, como le ocurrió a Caifás (Jn 11.45-52). Como era sumo sacerdote profetizó que Jesús moriría por todo el pueblo. En el caso del diálogo entre Jesús y Pilato hay algunos indicios, por ejemplo, al inicio cuando Jesús lo cuestiona si está o no está involucrado en lo que pregunta: “¿preguntas esto por ti mismo o te lo han dicho otros?”
Jesús y Pilato eran de diferente tradición religiosa por ello el punto de contacto no sería la fe sino el “hacer caso a la verdad”. Pilato revela que era filosóficamente escéptico, corriente que suele proliferar en épocas de decadencia moral.
Jesús por contraparte se presenta como el rey eterno en cuyo Reino está La Verdad. Un momento de apropiación del mensaje por parte de Pilato es cuando reformula la pregunta inicial: “¿Con que tú eres rey?”, ahí es claro que sí habla por sí mismo, ya no por lo que dijeran los paisanos de Jesús.
¿Qué podemos entonces concluir? Que estando presente el recurso de ironía en san Juan, Pilato no se dio cuenta claramente de que Jesús lo estaba evangelizando, hasta un cierto momento en que las palabras del Señor encontraron acogida, pero el resultado final no fue la adhesión del gobernante a Jesús, al parecer escogió seguir siendo escéptico.
Mons. Salvador Martínez es rector de la Basílica de Guadalupe.
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