En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: “Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa”.
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
¿Por qué Jesús envió a sus discípulos antes de su pasión, muerte y resurrección y luego volvió a enviarlos después de resucitar?
La lectura continuada del evangelio de San Marcos en este año, ciclo B, nos propone en esta ocasión, dentro del ministerio de Jesús en Galilea, el primer envío de los discípulos.
Se trata de un envío muy acotado en tiempo y en distancia, porque no debían llevar ningún tipo de equipaje. El envío es en pequeños grupos de dos personas y se dedica principalmente a echar fuera al demonio, a predicar la conversión y a realizar signos de sanación ungiendo a los enfermos con aceite.
Este primer envío es distinto al envío definitivo que nosotros encontramos cuando Jesús resucitado envía a todas las creaturas para que les predicaran el evangelio (cfr. Mc 16,15). En el envío definitivo Jesús solamente habla de los signos portentosos que acompañarán su ministerio. El único signo coincidente con el pirmer envío es la sanación de los enfermos.
Otros de los evangelios narran uno o dos envíos previos a la pascua del Señor (cfr. Mt 10; Lc 9). Coinciden en que no llevaran cosas para el viaje, en que recibieran lo que les dieran y en la brevedad del tiempo en que debían regresar. Jesús es claro en decirles que no fueran con los paganos, sino solamente con las ovejas perdidas de Israel.
En conclusión este envío primero que hace Jesús es un envío de entrenamiento con alcances limitados que se verá fortalecido y ampliado mucho después de que Jesús resucitara.
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