En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo”.
Jesús replicó: “No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue”.
Palabra del Señor.
En el discurso de Nuestro Señor de este día parece haber una contradicción, pues recomienda cortarse partes del cuerpo, lo cual va contra el mandamiento “no matarás” o lanzarse, con una piedra de molino atada al cuello, al mar lo cual es todavía más grave: ¿para no pecar, es necesario pecar contra uno mismo?
El texto que nos presenta el evangelio de este domingo aborda dos temas. El primero de ellos es muy positivo y supone que no debe existir ninguna traba u oposición para quienes creen en Jesús y lo demuestran haciendo milagros. No hace falta que quienes expulsaban demonios en nombre de Jesús fueran del grupo de los doce o siquiera del gran grupo que solía seguir al Señor. Quien lo prohibiera estaría actuando mal. El segundo tema nos presenta una figura estilística muy usada por los maestros judíos. Se llama hipérbole. La hipérbole consiste en enfatizar la importancia de una enseñanza desproporcionando algún elemento. Las hipérboles jamás deben ser interpretadas literalmente.
Veamos algunas expresiones hiperbólicas populares: “voy a aumentar los mares con mi llanto” o bien “se me hace chico el mar, para echarme un buche de agua”. Las expresiones hiperbólicas de Jesús son estas: “más le valdría que le pusieran una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran al mar…”, “si tu pie es ocasión de pecado córtatelo…”, si tu ojo es ocasión de pecado, córtatelo…”
Jesús no habla en sentido llano o simple. Pone estas desproporciones para indicar que ser ocasión de que otras personas cometan pecado es muy grave porque ocasionas muerte a otros. En tal caso habría que evitar a toda costa que suceda eso. Lo mismo cuando se habla del pie o del ojo. El pie representa una costumbre o modo de hacer las cosas, por tanto se debe entender que hay que evitar a toda costa esa costumbre o conducta. Lo mismo para el caso del ojo instrumento de conocimiento, conocer algo que se sabe que no es bueno debe evitarse a toda costa.
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