La votación de ayer, 1 de junio, fue una gigantesca farsa, para supuestamente “legitimar” uno más de los golpes que Morena, a la cabeza de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, ha dado en contra de la democracia en México.
El objetivo central era terminar con la división de poderes consagrada en la Constitución y someter al Poder Judicial al Poder Ejecutivo. El Poder Legislativo ya lo está. El sistema político del país se encamina a una dictadura constitucional.
Morena ya había logrado la reforma constitucional para someter al Poder Judicial, y la farsa electoral de ayer era solo eso, una farsa para decir que el pueblo de Mexico, con su voto, avalaba esta acción en contra de la democracia realizada por Morena.
La ciudadanía que ayer votó por los integrantes de lo que ahora es el nuevo Poder Judicial, sin saberlo, se sumó al proyecto de la destrucción de la democracia y la instauración de la dictadura constitucional.
El número de los votantes era algo menor, y antes de la elección todas las jueces y juezas ya habían sido “elegidos” por presidencia de la República y por Morena, en el marco de un fraude previamente diseñado y aprobado por la mayoría de las y los consejeros del INE.
Ayer se consumó un golpe brutal en contra de la democracia, que con contradicciones y debilidades, había apenas iniciado en el año 2000. A partir de 2018, con la llegada al poder del presidente López Obrador (2018-2024) empezó su desmantelamiento.
Al asumir el poder, la presidenta Sheinbaum Pardo ha seguido, al pie de la letra, el guion que le dejó para su implementación puntual, su antecesor, su líder y mentor. Ella ha sido absolutamente fiel y leal a su maestro y ha continuado con el proceso de destrucción de la democracia.
Con la farsa de ayer se puede decir que la alumna ha superado a su maestro en la carrera por destruir la democracia e instaurar la dictadura constitucional. Su proyecto es volver a los años del partido de Estado que encabezó por ocho décadas el PRI, pero ahora a la cabeza de Morena.
En ningún país del mundo hay un sistema judicial que elija a todas sus jueces y juezas por la vía del voto popular. Las democracias más sólidas y de larga existencia no lo hacen porque los funcionarios públicos del Poder Judicial se deben a la Constitución y no al voto popular.
Ahora en Mexico los jueces y las juezas se deben al partido que los impusieron y también a los poderes fácticos (crimen organizado, iglesias, grupos políticos), que lograron colar a sus candidatos.
El sistema de justicia en México ha sido pisoteado, bajo la iniciativa de Morena, lidereado por la presidenta Sheinbaum Pardo. En los próximos días vamos a ser testigos de que implica el sometimiento del Poder Judicial al Poder Ejecutivo y a los poderes fácticos.
*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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