En México, las autoridades reconocen la existencia de 110 000 desparecidos de los cuales cerca de 40 000 han tenido lugar en lo que lleva la actual administración federal.

El aumento de los desparecidos está asociado al incremento de los asesinatos, que en este sexenio ha alcanzado los más altos índices de la historia moderna del país.

En estos primero cinco años del gobierno federal son más de 172 000 los homicidios, que representa un promedio anual de 34 400 y una tasa de 28 homicidios por 100 000 habitantes.

En ese marco se da el incremento del número de los cadáveres y restos humanos sin identificar, que de 2021 a 2022 creció en 338%. Números terribles.

Los cadáveres que fueron trasladados a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) del país pasaron de 11 193 en 2021 a 49 500 en 2022.

En el informe 2023 de los Servicios Periciales y Servicios Médicos Forenses señala que en 2022 se recibieron 130 470 cadáveres y restos óseos, que es 41% más que en 2021.

De ese total 38% no fueron identificados que es 14% más que en 2021. Del total de cadáveres y restos óseos recibidos en 2022, 57.4% corresponde a hombres, 11.7% a mujeres y en el 30.9% de los casos no se identificó el sexo.

En el 56% de los casos que se realizó alguna práctica forense revela que las principales causas de la muerte fue homicidio, feminicidio, accidente y suicidio.

Según el informe en 2022 se resguardaron 53 347 cadáveres y de estos el 75.3% se hizo en centros de resgurado forense u homólogos, 23.9% en anfiteatros y 0.8% en laboratorios.

La Oficina el Alto Comisionado de las Naciones para los Derechos Humanos de la ONU en México, ha exportado al gobierno para que garantice el acceso a la información que permita esclarecer los casos de desparecidos.

Y añade que poner obstáculos en esta materia a más de socavar los derechos de las víctimas debilita la confianza de la ciudadanía en las instituciones y contradice lo que estipula la ley.

Los especialistas en el tema de seguridad han denunciado que en las últimas semanas el gobierno federal ha empezado a alterar las estadísticas de homicidios y desparecidos de cara al proceso electoral de 2024.

Quiere dar la idea de que como producto de la estrategia de “abrazos y no balazos” han disminuido la violencia y con ella las desapariciones. No hay tal.

Lo más seguro es que al cierre de 2023, aumente el número de los cadáveres trasladados a los Servicios Médicos Forenses (Semefos) del país relacionaos con hechos de violencia. Y que el número de los no identificados se mantenga en torno al 40%.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

Rubén Aguilar

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.

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