La presidenta Claudia Sheinbaum (2024-2030) ha optado por la misma estrategia de seguridad de los tres presidentes que la antecedieron; Felipe Calderón (2006-2012), Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
Como ellos, ha dado la responsabilidad de la seguridad pública a las Fuerzas Armadas, en particular al Ejército, que ahora tiene de manera legal, como uno de sus cuerpos, a la Guardia Nacional (GN).
La presidenta piensa que la militarización de la seguridad pública es el camino para resolver el problema de la inseguridad que ha crecido en los últimos años en todo el país.
Con esta misma estrategia, en el gobierno anterior, hubo 200 000 asesinatos dolosos y 51 000 desaparecidos, los números más altos en el México de los últimos 75 años.
En octubre, el primer mes de su gestión, fueron 2564 los homicidios dolosos, 82 al día, que es un 7.0% más que en octubre de 2023, cuando se registraron 2405 homicidios dolosos.
El índice de homicidios se mantiene en 28 por 100 000 habitantes, igual que en el sexenio a anterior y en los últimos años de Peña Nieto.
Si se sigue la misma estrategia se tienen los mismos resultados. A principios de octubre, el secretario de Seguridad, Omar García, la dio a conocer y el cambio solo estuvo en que utilizó otras palabras para decir lo mismo.
Los números son los oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que también dice que el 75% de los asesinatos fueron con arma de fuego.
En octubre en seis estados se concentra el mayor número de los homicidios dolosos: Guanajuato (320); Guerrero (204): Sinaloa (182); Baja California (180); Estado de México (178) y Chihuahua (165).
Al arranque del nuevo sexenio el mayor índice de violencia se concentra en: Colima con 91.29 homicidios por 100 000 habitantes; Mórelos con 63.36; Baja California con 49.85; Chihuahua con 42.44; Guerrero con 41.70; Guanajuato con 40.07 y Sonora con 39.27.
En los últimos 18 años la evidencia, muestra de manera contundente, que la militarización de la seguridad pública no resuelve el problema y si lo agrava. A pesar de eso, los anteriores gobiernos y también éste han optado por el mismo camino.
La evidencia, aunque escasa, los ejemplos son pocos, también señala que el único camino para resolver el problema de la violencia y la inseguridad, es que los gobiernos estatales se hagan cargo del diseño y ejecución de la estrategia de seguridad.
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