Aviñón, Francia. Lo que se conoce como “Los papas de Aviñón”, tienen dos etapas, la primera va de 1309 a 1377, y la segunda de 1378 a 1423. En la historia de la Iglesia católica, los papas de la primera se consideran como legítimos, pero los de la segunda son parte de lo que se llama el Cisma de Occidente.
– Primera etapa
El papa Clemente V (1305-1314), legítimamente elegido por un cónclave en Roma, por su cercanía y lealtad al rey de Francia, Felipe IV, provoca reacciones en contra entre los cardenales italianos. En 1309, toma la decisión de trasladar su residencia a Aviñón, en el sureste de Francia, para obtener la protección de la monarquía francesa.
Los papas de la primera etapa de Aviñón fueron: Clemente V (1305-1314); Juan XXII (1316-1334); Benedicto XII 1334-1342); Clemente VI (1342-1352); Inocencio VI (1352-1362); Urbano V (1362-1370) y Gregorio XI (1370-1378), quien regresa la sede a Roma.
Estos siete papas, aunque no residieron en Roma, siempre se les consideró legítimos sucesores de san Pedro, y contaban con el apoyo oficial de cardenales y reyes de Europa. En este período de 67 años fue decisiva la influencia de la monarquía francesa sobre la marcha de la Iglesia católica y el papado.
– Segunda etapa
En 1376, Gregorio XI deja Aviñón y regresa la sede del papado a Roma, y aquí llega en enero de 1377. Tras su muerte en 1378, un año después de instalarse en Roma, un cónclave de dieciséis cardenales se reúne para elegir a un nuevo papa. La multitud en Roma quería la elección de un italiano, y el cónclave elige a Urbano VI como nuevo papa. Luego, un grupo de cardenales franceses se arrepiente de su decisión, y en cuestión de semanas regresan a Aviñón, y anulan sus votos, con el argumento de no fue una elección libre porque fueron intimidados por la turba romana.
Ya en Aviñón eligen a un nuevo papa, Clemente VII (1378-1394). Esto crea una situación nueva en la que ahora existen dos papas, el de Roma y el de Aviñón. Así se establece el Cisma de Occidente o el Gran Cisma. El último papa de Aviñón, Benedicto XIII (1395-1417), perdió la mayor parte de su apoyo en 1398, incluido el de Francia. Tras cinco años asediado por los franceses, huye a Perpiñán en 1403. El cisma concluyó en 1417, cuando el Concilio de Constanza resuelve la división y se elige al papa Martín V que es aceptado por Roma y Aviñón.
En su momento, los reinos de Francia, Nápoles, Castilla, Aragón, Navarra, Flandes y Escocia reconocieron a Clemente VII como papa, mientras que Inglaterra, los reinos de Italia y el Sacro Imperio Romano Germánico reconocieron al papa Urbano VI en Roma. Clemente VII solicitó ayuda militar a la monarquía francesa para intentar arrebatarle los Estados Pontificios a Urbano VI y forzar su reconocimiento universal como papa. Sin embargo, todos sus intentos fracasaron, y murió en 1394 sin lograr su objetivo.
@RubenAguilar
La Arquidiócesis de México ofrece misas en varios idiomas para acercar la fe a comunidades…
Los congresos de Metanoia incluyen momentos de alabanza, adoración, predicaciones, testimonios, oración de intercesión y…
Entre batallas y peligros, los 4 Fantásticos muestran que el verdadero poder no está únicamente…
Reconocer el valor de los pueblos originarios implica mucho más que admirar su folclore o…
Un asteroide interestelar podría ser una nave alienígena, según un destacado científico. Pero existen amenazas…
La Inteligencia Artificial (IA) en la vida cotidiana ha abierto oportunidades inéditas, pero también interrogantes.
Esta web usa cookies.