En los primeros tres años del actual gobierno fueron imputados por delito de narcomenudeo 15 000 adolescentes, según el Inegi.
Son niños y adolescentes reclutados por el crimen organizado para realizar esta tarea sostiene la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
En el país “existen situaciones estructurales, circunstancias sistémicas a los contextos de vida de las infancias y adolescencias que las dejan en mayor riesgo y a ser más vulnerables para ser utilizadas por los diversos grupos delincuenciales o del crimen organizado”, asegura la organización.
De acuerdo a Redim estos menores viven en entornos comunitarios de violencia, que se ha naturalizado, y con escasas o nulas oportunidades de desarrollo, crecimiento y movilidad social.
En ese contexto hay condiciones propicias para el reclutamiento de menores por parte de todos los grupos del crimen organizado en el país, si bien es cierto que el fenómeno es más grave en ciertas regiones.
El reclutamiento de menores es una práctica que ya tiene muchos años, y las autoridades deberían considerarlos como víctimas y no como delincuentes, dice Redim, al igual que otras organizaciones de la sociedad civil.
Siempre que hay un niño o un adolescente vendiendo drogas, en su mayoría mariguana, detrás existe un adulto que forma parte del crimen organizado.
Es evidente que no actúan por cuenta propia sino forman parte de una estructura que los engancha o recluta. Puede ser por necesidad, pero también de manera forzada.
El Inegi en su reporte Adolescente imputados por delitos de narcomenudo registra que el 73% de estos los se concentra en Guanajuato, Estado de México, Nuevo León, Chihuahua y Coahuila.
En los últimos años 30 000 niños y adolescentes han sido reclutados por grupos del crimen organizado en México, según la organización de la sociedad civil Reinserta.
A través del Observatorio Nacional para la Prevención del Reclutamiento de Niñas, Niño y Adolescentes, México reconoció por primera vez el hecho del reclutamiento infantil por parte del crimen organizado.
Reinserta considera que es este reconocimiento es un avance, pero que las autoridades gubernamentales hacen muy poco por proteger a los niños y adolescentes del reclutamiento y la trata.
Esto requiere, entre otras cosas, una nueva tipificación del narcomenudeo donde se vea como una actividad que organiza el crimen organizado y los niños y adolescentes son sus víctimas.
*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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