Hace un poco más de un año, el 25 de julio de 2024 en un movimiento todavía no aclarado completamente, el gobierno de Estados Unidos arrestó en el Paso, Texas al legendario jefe del narcotráfico en México, Ismael el Mayo Zambada junto con Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán ya sentenciado a cada perpetua en una cárcel de Nueva York. Los dos habían llegado en una avioneta a un pequeño aeropuerto donde ya los esperaba la policía americana.

Los primeros sorprendidos fueron las autoridades mexicanas comenzando por el expresidente López Obrador y su gabinete de seguridad ya que no se dieron cuenta cómo pudo darse esta salida desde Sinaloa. Por estas circunstancias se ha llegado a pensar que fue una acción concertada por agentes encubiertos del gobierno de Joe Biden quien con esto mostró que ya no tenía la mínima confianza en el gobierno mexicano.

Muchos analistas llaman a ese día “el principio del fin” de la falsa fama de honestidad de López Obrador y todos sus allegados ya que comenzó a quedar claro a la vista de todos, las redes de complicidad de su gobierno con el narcotráfico en especial y con el crimen organizado en general. El conjunto de delincuentes mexicanos en manos de la justicia norteamericana, han pasado a ser “testigos protegidos”, para dar todos los detalles de cómo podían actuar con tanta libertad, imponiendo su ley en grandes territorios de nuestro país, cómo podían manejar sus recursos mal habidos a través de empresas y empresarios corruptos y, por supuesto, quiénes han sido los políticos cómplices en los niveles municipales, estatales y federales.

En México hubo cambio de Gobierno, en Estados Unidos también. En México comenzó una lucha a muerte entre los grupos del narcotráfico llenando de masacres a Sinaloa y otras partes sin que nadie pueda detenerla. En Estados Unidos el nuevo gobierno de Donald Trump denunció la “alianza intolerable” del gobierno mexicano con el narcotráfico, al tiempo que comenzó a tomar acciones quitando la visa a algunos gobernantes y denunciando dos Bancos y una casa de Bolsa mexicanos como lavadores de del dinero del crimen organizado.

Es tiempo de que el gobierno de Claudia Sheinbaum tome en serio lo que sigue sucediendo en su propio entorno lleno de complicidades con el gobierno anterior. Es tiempo de que los mexicanos sepamos la verdad sobre la corrupción y la falsa “calidad moral” de su antecesor.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

Pbro. Mario Ángel Flores

Comisionado de la Doctrina de la Fe en la Arquidiócesis Primada de México y miembro de la Comisión Teológica Internacional (CTI). Es director del Observatorio Nacional de la Conferencia del Episcopado Mexicano y fue rector de la Universidad Pontificia de México, cargo que ocupó durante tres trienios.

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