Nuestros obispos mexicanos han dado un Mensaje a la Nación Mexicana con motivo del inicio del proceso electoral el pasado 2 de marzo. Lleva como título: Por el bien de México, primero la democracia y el Estado de derecho.
La democracia tiene que ver fundamentalmente con la participación ciudadana, que comienza con el interés que debemos mostrar por lo que está sucediendo en el país y en el proceso electoral. Junto a este interés debemos informarnos de las propuestas de los distintos candidatos o candidatas en orden a sus planes de gobierno de tal forma que nuestra participación en la jornada electoral, mediante el voto libre y secreto, debe estar apoyado también en una decisión informada y en concordancia con las convicciones que orientan nuestra propia vida.
Es importante no dejarnos manipular por las encuestas, que generalmente responden a intereses particulares con la finalidad de desanimar al electorado tratando de hacer sentir que alguien ya ganó antes de que se exprese la voluntad ciudadana en las urnas electorales.
En realidad, en la democracia, la única encuesta que cuenta es la que se realiza el día de las votaciones, por ello en su Mensaje nuestros obispos señalan que “no es tiempo de apatía, indiferencia o abstencionismo. Es tiempo de participación y compromiso”, invitando especialmente a los jóvenes “a informarse e interesarse para tomar sus propias decisiones buscando el bien de la Nación”.
El Estado de Derecho tiene que ver con la legalidad de todo el proceso electoral hasta el día de las votaciones. Advierten nuestros obispos que hay dos elementos que pueden provocar un retroceso democrático en nuestro país, el primero por una intervención indebida de las actuales autoridades, comenzando por el presidente y los gobernadores, utilizando recursos públicos para favorecer alguna candidatura. El segundo elemento de riesgo, dicen nuestros obispos, es la presencia del crimen organizado para influir en las votaciones, “La democracia electoral mezclada con la delincuencia es un binomio totalmente inaceptable, es un signo de la más deplorable corrupción que se debe evitar a toda costa. Por ningún motivo se debe justificar y mucho menos entrar en complicidad”.
Una valiente y oportuna intervención de nuestros obispos para invitar a los ciudadanos a cuidar la democracia y el Estado de derecho por el bien de México.
*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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