El presidente de México nunca ha sido un demócrata: desconoció sus derrotas en las urnas en 2006 y 2012. En 2018, finalmente llegó a la Presidencia con un amplio apoyo de la ciudadanía que confió en sus promesas de campaña. Lo cierto es que ni ha sido Jefe de Estado, sino gobernante de sus seguidores, ni ha cumplido sus promesas, salvo los apoyos sociales que le reditúan para tener votantes cautivos.

En un país polarizado socialmente por el discurso presidencial, ha comenzado de manera adelantada el proceso electoral 2024, impulsado por el mismo Presidente que ha lanzado a sus prospectos a recorrer el país en busca de la candidatura presidencial del partido oficialista. Los dos hechos son ilegales: el presidente impulsando a sus precandidatos, y éstos siguiendo el guion para buscar las preferencias, no tanto de la ciudadanía, sino del “gran elector” que es el mismo Presidente.

La oposición política se ha visto obligada a tomar medidas presionando los tiempos legales, apoyada en una declaración de excepción del INE, considerando que no se trata directamente de la precampaña para las candidaturas presidenciales, sino procesos internos en los partidos para buscar liderazgos.

Dos elementos ponen en riesgo la legalidad de la contienda electoral: primero, el ofensivo derroche de recursos económicos del partido oficialista en promoción publicitaria. Y segundo, más grave aún, la interferencia del presidente en el proceso electoral, descalificando a los candidatos de la oposición y, especialmente empecinado en hacer a un lado con las peores artimañas a quien ha despuntado hasta este momento, la senadora Xóchitl Gálvez, recordándonos los métodos del dictador de Nicaragua, quién encarceló a todos sus oponentes a base de mentiras y abusos de poder.

Llegará el momento en que deberán enfrentar la justicia por todos estos abusos, pero mientras tanto, es la ciudadanía consciente y pacífica la que puede poner un alto a los dictadores.

P. Mario Ángel Flores Ramos es Director de la Doctrina de la Fe en el Arzobispado de México; Director del Observatorio Nacional de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Miembro de la Comisión Teológica Internacional que asesora al Papa y Consultor del Dicasterio para la Cultura y la Educación en la Curia Romana.

Pbro. Mario Ángel Flores

Comisionado de la Doctrina de la Fe en la Arquidiócesis Primada de México y miembro de la Comisión Teológica Internacional (CTI). Es director del Observatorio Nacional de la Conferencia del Episcopado Mexicano y fue rector de la Universidad Pontificia de México, cargo que ocupó durante tres trienios.

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