La prensa en el mundo es cada vez más crítica del presidente López Obrador. Se le identifica como a un populista autoritario y como a un personaje lleno de dichos y ocurrencias.
Un ejemplo, entre otros, es el editorial de la revista británica The Economist (28.05.21) donde se afirma que es un falso mesías.
Lo comparan con populistas como el húngaro Viktor Orban, el indio Narendra Modi y el brasileño Jair Bolsonaro. Tiene diferencias, pero también semejanzas con estos personajes.
A lo largo de su mandato, el presidente se ha dedicado ha promover la polarización y el conflicto entre “el pueblo”, sus simpatizantes, y “la élite”, a quien acusa de conservadora y corrupta.
Manipula las decisiones, cuando en sus consultas elige a un pequeño grupo elector que sabe votará lo que les indique. Luego dice que el pueblo se ha manifestado y debe obedecerlo.
El venezolano Moisés Naím llama “necrofilia ideológica” al amor por las ideas que en el pasado han sido probadas y han demostrado no funcionar. El presidente es presa de ella.
En su estatismo, propio de los años setenta, apuesta a las energías sucias que producen la empresa del gobierno y se lanza contra las compañías privadas que generan energías limpias.
Violenta las reglas del juego y el Estado de derecho. Da al Ejército un papel que es contrario a la práctica de las sociedades democráticas y común en las autoritarias.
Los inversionistas nacionales e internacionales temen ante la incertidumbre que genera el gobierno y los caprichos y ocurrencias del presidente.
Ataca a los medios que lo critican y también a los órganos autónomos del Estado que no se le someten. Entre ellos el Instituto Nacional Electoral (INE).
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The Economist, ante el diagnóstico que hace del presidente y su gobierno, plantea que los electores el próximo 6 de junio tienen la posibilidad de frenarlo al votar en contra de Morena.
Para el semanario “los próximos tres años determinarán la profundidad y duración del daño que hace a México y su democracia”.
Dice qué hay decisiones que hacen pensar que el presidente podría intentar reelegirse si tiene la mayoría calificada en el Congreso.
Y que “las instituciones de México son fuertes, pero pueden ceder bajo un ataque sostenido de un fanático con apoyo popular”.
El editorial termina diciendo que “dado el riesgo, los votantes del 6 de junio deberían apoyar a cualquier partido de oposición que esté mejor situado para ganar, vivan donde vivan”.
La posición de The Economist ha merecido múltiples y diversas reacciones entre ellas las del presidente, el canciller Marcelo Ebrard y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Twitter: @RubenAguilar
Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.
Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.
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