Se bajó del coche unos minutos el nuevo obispo de la diócesis de Tampico para visitar el santísimo de una parroquia en las orillas de la ciudad, en su camino hacia la Catedral donde tomaría posesión como nuevo pastor de esa Iglesia.
Al entrar en la capilla del sagrario, ve a una señora concentrada en la oración. Se detiene un momento, se arrodilla, ora en silencio, se levanta y se dispone a salir, cuando descubre que la misma señora lo está mirando derramando lágrimas en sus ojos.
– ¿Por qué lloras mujer? – le pregunta el obispo
– Yo estaba aquí, sola con el Señor haciéndole guardia, triste porque no iba a poder recibirlo en la Catedral, y ahora mi amado Señor lo ha traído hasta mi
– Somos solo siervos, simples instrumentos en las manos de Dios, le contesta conmovido el nuevo Pastor. Dios la trajo hasta aquí para que orara por mi; a mi me ha traído hasta aquí, para amar, consolar y servir.
Anécdota de Mons. José Armando Álvarez Cano, contada al final de la Misa de su toma de posesión. Historia oída y confeccionada por su servidor.
Mons. Alfonso Miranda Guardiola es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Monterrey.
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