Hace casi tres años que el Sr. Cardenal me llamó para colaborar con él como Vicario episcopal en la Vicaría de Laicos en el Mundo. En el desempeño de esta tarea, el arzobispo ha estado siempre presente, con su disponibilidad y experiencia, en el desarrollo pastoral de la misma.
Ahora que he decidido pedirle mi relevo, agradezco profundamente la oportunidad que he tenido de crecer en un área pastoral que desconocía, pero que ahora ha marcado mi corazón, mi ministerio sacerdotal y que seguro me acompañará durante el resto de mi vida.
Gracias a Mons. Héctor Mario Pérez, obispo que ha acompañado esta Vicaría Episcopal, por estar cerca del equipo de manera humilde, comprometida y sabía; siendo respetuoso, disponible y sumando recursos humanos e incluso materiales, pero sobre todo, por ser un auténtico signo de Cristo, Buen Pastor.
Gracias a todos los que en estos tres años construyeron la Vicaría de Laicos, formando no un equipo de trabajo, sino una familia, en la que fluyó la concordia, la amistad, el cariño, el respeto y sobre todo la transparencia. Juntos construimos una Vicaría que no existía, logrando construir una visión más objetiva de lo que ser laico significa en una urbe tan compleja como la Ciudad de México.
Hoy después de tantas experiencias y vínculos construidos podemos decir que, esta Vicaría es el mejor acierto y la mejor obra, pues por medio de ella podemos llegar con el mensaje del Evangelio a la vida de muchos fuera de las estructuras internas de la Iglesia, trasformando a las personas, acercándolas a Dios y haciéndolas sentir cobijadas por la gran familia que es la Iglesia.
Gracias al consejo ejecutivo de la Vicaría de Laicos en el Mundo, a los directores de las dimensiones; nos descubrimos una Vicaría pobre, pero rica en recursos, ya que, gracias a la bondad de empresas y personas de buena voluntad, distribuimos una impresionante cantidad de ayudas concretas y generamos procesos que permanecerán por muchos años, por su viabilidad pastoral.
Durante estos años pudimos impulsar programas tales como: el Call center, Casa Lázaro, teleasistencia médica de la Universidad Anáhuac, el curso del Buen Samaritano, formación permanente de exorcistas a nivel global, protección al menor, ecología y múltiples enlaces que han fortalecido el caminar de las comisiones, dimensiones y organizaciones civiles, como es el caso de orfanatos, y el Centro madre Antonia. Gracias familia porque aprendimos a hacer mucho con poco y a generar un ambiente que solo es reflejo del amor benevolente que de Cristo se emana.
Mi decisión de pedir ser relevado de mi responsabilidad en la Vicaría de Laicos en el mundo es por cuestiones de salud, después de una delicada situación médica, producto del Covid 19. Agradezco al Sr. Cardenal por su comprensión, por procurarme el bienestar en este momento de mi vida y, sobre todo, por su paternal apoyo durante el tiempo en que estuve al frente. Todos estamos llamados a servir, y mi mayor honor en la vida, es poderme decir, discípulo de Cristo, siempre en camino.
8 diciembre 2021
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