Columna invitada

Por el covid, 4.7 millones dejaron de ser clase media en América Latina

La clase media en América Latina decrece en 4.7 millones de personas por la crisis económica producto de la pandemia, de acuerdo con un estudio del Banco Mundial (BM).

En 2018 la clase media, tras décadas de crecimiento, se convirtió por primera vez en el grupo predominante de la región.

Así, en 2019 el 38% de la población, 230 millones de personas, tenía ingresos de entre 13 y 70 dólares al día por la Paridad de Poder de Compra.

Esto frente al 37% de población vulnerable, con ingresos de entre 5.50 y 13 dólares, y a un 22% de pobres, indica el informe

Desde el 2000, la pobreza se redujo a casi la mitad y el ingreso medio de los hogares pasó de 13.9 dólares en 2008 a 17.1 en 2018.

En 2020, la pandemia ha hecho que la clase media se contrajera al 37% de la población, mientras que las personas vulnerables aumentaron al 38.5%.

Los programas de estímulo no bastaron para compensar la abrupta caída del 6.5 % en el PIB regional, en Mexico 8.5  %, a raíz del confinamiento.

Las escasas transferencias se han concentrado en los más pobres y han dejado de lado a las clases medias, menos necesitadas pero también vulnerables, de acuerdo al BM.

En el caso de los pobres cualquier pérdida es muy dañina, pero en términos relativos la clase media ha sido la que ha sufrido más y tenido que hacer un mayor esfuerzo.

La situación pudo ser peor, pero las transferencias en Brasil, de donde viene el 41% de la clase media de la región, mitigaron el impacto.

Si se deja fuera a este país la caída de la clase media y el aumento de los pobres en la región hubiera sido todavía mayor.

Los “nuevos pobres”, como llaman los especialistas a los expulsados de la clase media, conservan ciertas ventajas sobre los que ya vivían en condiciones de pobreza.

Tienen mejores niveles de educación y un mayor acceso a servicios. Éste grupo es el mejor posicionados para beneficiarse de cualquier recuperación del empleo.

El BM recomienda a los gobiernos diseñar políticas focalizadas, para ayudar a los hogares que ya eran pobres y ahora están en peor condición.

Deben también apoyar a los “nuevos pobres”, que antes no estaban contemplados en los programas sociales, para que en el menor tiempo vuelvan a su anterior condición.

La iglesia debe preguntarse cómo en las diferentes regiones del país puede aportar a las familias que ahora han ingresado en los niveles de pobreza y las que han radicalizado su condición.

 

Twitter: @RubenAguilar

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.

 

Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

Rubén Aguilar

Rubén Aguilar Valenzuela es profesor universitario y analista político.

Entradas recientes

¿Se puede ser feminista y católica? 4 pensadoras que combinan la fe y la lucha por la igualdad

El feminismo, una corriente filosófica y social que busca la igualdad de derechos y oportunidades…

12 horas hace

Evangelio y lecturas de la Misa del II Domingo de Adviento 2024

“Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de…

18 horas hace

La salvación y el Año Jubilar 2025

El 29 de diciembre iniciaremos el Año Jubilar 2025 en las diócesis del mundo, con…

19 horas hace

Historia del aborto: de Margaret Sanger al feminismo contemporáneo

Lo que empezó en los años 20 del siglo pasado como una causa homicida, al…

1 día hace

Para servirle

‘¡Viva Cristo Rey!’ Hagamos nuestra esta frase, no como grito de guerra, sino como expresión…

1 día hace

Exposición en féretro y sin 3 ataúdes: Vaticano aprueba nuevas reglas para los funerales papales

El Vaticano publicó la segunda edición del libro litúrgico que contiene las instrucciones relacionadas con…

1 día hace

Esta web usa cookies.