En la pandemia ocurre la recuperación de la comunidad, como enunciado y como construcción colectiva cotidiana y compartida tanto nuestro cuerpo físico como el espiritual, a través del cuidado de nuestros valores.
La comunidad es el espacio donde nos sentimos acogidos, valorados, visibles e incluidos. Requiere de entrega, compromiso y de apoyo entre todos. Por eso, en esta cuarentena por COVID-19 quedémonos en casa en la medida de lo posible y hagamos comunidad.
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Tras el anuncio de la Fase 3 de COVID-19, se aplican medidas más estrictas de Sana Distancia, de prevención y de control de tránsito en las calles para evitar el riesgo de contagio masivo. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, llamó a usar cubrebocas en el transporte público, e indicó que el 20 por ciento de estaciones de Metro, Metrobús y Tren Ligero, con menor afluencia, permanecerán cerradas.
Además se aplicó el Hoy No Circula incluso para los vehículos con holograma 0, 00, 1 y 2, a excepción de taxistas, médicos y otros trabajadores que realizan actividades sustantivas. Se pasó de 5 millones de autos a un millón 600 mil circulando. Algo que en parte debería mantenerse después de la emergencia.
Pensar como comunidad potencia el pensamiento individual. Nuestras acciones repercuten en nuestro prójimo y en nuestros seres queridos. Hacernos responsables protege nuestra salud y la de los demás.
Un pequeño sacrificio, como dejar nuestro auto un día en nuestra cochera y quedarnos ese día en casa, si no hay necesidad de salir, produce un gran cambio. Y si de todas formas necesitas salir, puedes tomar un taxi y ayudar así a la economía familiar de ese trabajador.
Evitar hacer una reunión en nuestro hogar, o cambiar del contacto físico con nuestros amigos al virtual hace la diferencia entre la salud y la enfermedad de quienes más amamos.
Que sólo una persona de nuestra familia sea la voluntaria para hacer las compras, contribuye a proteger a todos en el hogar. El posponer nuestro cumpleaños o celebrar misa en casa, nos llevará a que, cuando esto todo haya pasado —y esto también pasará—, haya mayor cercanía y unidad espiritual.
Entendemos que en estos momentos necesitamos de fortaleza interior, de nuestra mente y de nuestra fe. Es, por ello, que en el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia brindamos apoyo psicológico, sin importar el día o la hora en la Línea de Seguridad y en el Chat de Confianza 55 5533-5533. Además de dar contención emocional, buscamos alternativas para que la población pueda superar esta contingencia con mayor entereza.
Está en nuestras manos prevenir y proteger. Es momento de esfuerzos definitorios. De reforzar la higiene personal y del espacios donde vivimos. Todas y todos podemos empezar con pequeñas tareas: la más importante quedarnos en casa el mayor tiempo posible en una comunidad que por ahora debe recluirse salvaguardada en el hogar.
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