La Esperanza es un vestido nuevo, limpio, flamante, sin ningún pliegue ni arruga, cargado de ilusiones, pero del que no puedes saber nada, ni siquiera si te quedará, ya que no te lo has puesto nunca.
La Nostalgia, es un vestido, que aunque parezca todavía hermoso, se ha desgastado y perdido su brillo, y muestra huellas de pátina, si no es que algunas arrugas y polvo, y ya se ha guardado o desechado, porque, por muy bien que te haya gustado, quedado, o por mucho que lo hayas lucido o querido, ya no corresponde ni a tu talla ni a tu estatura.
La Repetición, sin embargo, es un vestido bello, de uso corriente y ordinario, de color nítido, de tela firme e indestructible, que se amolda perfecta y delicadamente a tu talle, sin que te quede apretado u holgado, ennobleciendo y realzando tu figura.
Moraleja: lo que conservas fresco en tu mente, o utilizas a menudo con tus manos, o revives a diario en tu corazón, no se olvida nunca, conserva la belleza de lo cotidiano, que te da estabilidad.
Y esto se aplica a cualquiera de nuestras habilidades, aprendizajes y capacidades, también a la oración, a la amistad, e incluso al amor.
(Idea tomada y ampliada, de S. Kierkegaard: La repetición. Recogida del libro: La desaparición de los rituales, de Byung-Chul Han).
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