Durante mis años de preparatoria, cada ciclo escolar se realizaba un torneo de futbase entre generaciones. Más que un juego, se convirtió en el más grande reto del año; todos queríamos dejar un legado y llevarnos la victoria era parte de ello.

Mi generación se distinguió por ser uno de los equipos más competitivos y creativos para generar presión y nerviosismo. Recuerdo tener reuniones para decidir qué con qué color nos identificaríamos, qué objetos podríamos llevar para hacer más vistosa y ruidosa nuestra porra, e incluso realizábamos una entrada triunfal en cada partido para que desde antes de iniciar, el equipo contrario sintiera la presencia del rival con quien competirían.

Hoy te puedo contar que ganamos cada partido y cada final de los 3 años de preparatoria. Cierto fue que teníamos un gran equipo de jugadoras, pero nada de esto hubiera sido posible sin la gran estrategia de identidad que se generó entre la generación. La fuerza que comunicábamos dejaba debilitados a los otros equipos incluso antes del inicio de nuestros partidos.

Más claro que nunca veo la necesidad de encontrarnos todos los grupos provida bajo la misma causa, con la misma voz y fuerza. Por ello, celebro el gran esfuerzo que se realiza por darle una identidad al movimiento a través de la bandera provida. Cada grupo e institución tiene sus objetivos y áreas de trabajo, sin embargo compartimos la misma lucha. Esta bandera nos ayudará a dar un mensaje de unión y nos recordará que la causa es mucho más grande que el esfuerzo que se pueda realizar en lo individual.

La bandera provida de The Prolife Flag Project, tiene muchos simbolismos, pero uno de los que más me llamó la atención son las dos frangas rosa y azul que cruzan por toda la bandera. Dos colores, dos personas distintas, una causa. El movimiento provida necesita visibilizar la simpatía y apoyo que se ofrece a la mujer embarazada que atraviesa por crisis. Tanto deseamos una vida digna para el bebé en el vientre, como para su madre. Las dos vidas importan y ambas necesitan cuidados y apoyos distintos, cada uno de acuerdo a su etapa de vida.

Cuando tengamos la oportunidad de sumar, hagámoslo. Cuando sea necesario trabajar en lo individual, hágamoslo también. Cada esfuerzo, cada decisión y cada alianza deben ser siempre guiadas para lograr el mayor bien para la causa.

*Alison González es vocera de la organización Pasos por la Vida.

Los textos de nuestra sección de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

Alison González

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