Los feminicidios en el pasado mes de agosto llegaron a los 107, para convertirse en la cifra más alta desde 2015, año que comenzó a llevarse éste registro por parte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
En el gobierno del presidente López Obrador se han presentado los tres meses con mayores feminicidios que son diciembre de 2018 con 100; mayo de 2021 con 101 y en éste agosto con 107.
El crecimiento de los feminicidios de enero a agosto de 2021 comparado con el mismo lapso de tiempo de 2020 crece en 8.0 %. De julio a agosto de éste año se incrementan en 57.3 % al pasar de 68 a 107.
Los estados con más feminicidios por cada 100 mil habitantes, que es el indicador que se utiliza a nivel mundial, son: Morelos (1.1 casos), Sinaloa (1.0), Chihuahua (0.85), Oaxaca (0.75), Veracruz (0.65), Jalisco 0.60), Chiapas (0.60), Estado de México (0.5) y Guanajuato (0.43).
De 2020 a 2021, los estados en donde más se incrementaron los feminicidios son en: Querétaro (375 %), Guanajuato (116 %), Chiapas (112 %), Sonora (107 %), Sinaloa (94 %), Chihuahua (52 %), Jalisco (36 %), Michoacán (30.7 %), Oaxaca (20 %) y Veracruz (9.8 %).
El incremento histórico de los feminicidios en el actual gobierno se debe a que no existe una estrategia para contener y combatir el problema, de acuerdo a los especialistas en el tema.
Estos mismos señalan que la secretaria de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPyPC) miente cuando afirma que el número de los feminicidios ahora es mayor porque desde 2019 existe una metodología más precisa y rigurosa.
Francisco Rivas Rodríguez, directorio del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), sostiene que han aumentado porque la política de “abrazos y no balazos” del presidente López Obrador ha perjudicado el combate a la incidencia delictiva.
Y observa que resultado de esta política, para combatir al crimen organizado, ha provocado el aumento histórico en los indicadores de otros delitos relacionados con la violencia e inseguridad.
Para el especialista Ricardo Márquez Blas el crecimiento de los delitos pone en evidencia la falta de resultados de la actual política de seguridad en la contención y reducción de la violencia a nivel nacional.
Y de manera particular en el caso de los feminicidios muestra “la carencia de políticas públicas, estrategias y programas específicos para atender la violencia letal en contra de las mujeres. Claramente es un fracaso obvio y contundente”.
No hay nada que señale que el gobierno en los próximos meses se dotará de una estrategia, para controlar y reducir los feminicidio. Todo indica, es lamentable, que en éste año habrá más que en el anterior y el próximo más que éste.
¿Ante el feminicidio y la incapacidad del gobierno en materia de seguridad, los pastores de la Iglesia tienen algo que decir? (He utilizado información de Manuel Espino y Federico Villa, El Universal, 23.09.21)
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