Imaginemos por un momento, si tal cosa fuese posible. Un mundo en que la tarea de reproducir la raza humana, criar a los bebés, formarlos como ciudadanos, orientarlos hacia un perfil profesional, fuera arrancada de los brazos poco competentes, poco formados para semejante tarea de la mayor importancia para la República y se confiara a profesionales entrenados, en instituciones que contasen con los mejores equipos médicos, sanitarios y académicos que fuera posible contar.
Tal cosa fue visualizada por la mente portentosa de Isaac Asimov, quien la describió con singular maestría en Solaria, un mundo imaginario en un futuro ¿imposible? de la humanidad. Por supuesto que esto implica la ausencia absoluta de la familia, no es necesario decir que tal sociedad deriva en un absoluto fracaso.
La familia como célula fundamental de la sociedad, es condición indispensable para la renovación de la fuerza vital de la humanidad. A pesar de que las funciones y roles intrafamiliares se han venido adaptando para responder a las condicionantes laborales y sociales de las sociedades actuales, la familia continuará siendo el grano de mostaza que da lugar al género humano en su totalidad.
No se puede entender la sociedad sin la familia, ahí se da la primera educación, ahí se plantan profundamente los valores que darán identidad a las sociedades en la vida adulta de los hijos. Si queremos sociedades pacíficas, inclusivas, empáticas, no podemos hacer otra cosa, sino fortalecer a la familia.
Hace unos años, el Sínodo de los Obispos llamó a dirigir una mirada hacia las dolorosas realidades que hoy lastiman a las familias. La soledad, el fracaso matrimonial, la violencia intrafamiliar en todas sus formas. El documento final es un valioso llamado para atender integralmente las necesidades de formación de las personas que integran o iniciarán en un futuro cercano una familia.
Moraleja: la verdadera esperanza de México y el mundo son las familias fuertes, unidas, cimentadas en valores que siempre mantengan el compromiso de una mejor sociedad que no sea manipulada, sino libre y consciente de que las familias somos la energía, el motor y la esencia de la gran manifestación del Creador.
Dios bendiga a las familias. ¡Feliz día de la familia!
*Miguel Márquez Márquez es exgobernador de Guanajuato. Licenciado en Derecho, anteriormente fue Secretario de Desarrollo Social y Humano del estado.
Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión, y no necesariamente representa el punto de vista de Desde la fe.
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